Acepto todo tipo de documentos (sobre todo entrevistas) TRADUCIDOS AL ESPAÑOL sobre:
1- STANLEY KUBRICK (No críticas de películas)
Pueden enviarlos al siguiente correo electrónico:
raulnecro2014@protonmail.ch
EL CASO BUICK
-
*Tomado del libro Jim Morrison: Life, Death, Legend, de Stephen Davis,
Ghotam Books, Penguin group. 2004. Traducción por Raúl Lino Villanueva.*
Jim Morr...
ENTREVISTA CON DASH MIHOK
-
Esta entrevista apareció originalmente en *Inside Film* en una fecha no
determinada. Entrevista realizada por Steve Goldman. Derechos de autor de A
& R Pu...
Tomado del libro Kubrick, de Michael Herr. Grove Press, N.Y. 2000 (Editorial Anagrama, Barcelona, 2001).
Un par de días después
del funeral de Stanley el Times
publicaba la noticia de que la antigua ama de llaves de la familia Kubrick,
Betty Compton, de sesenta y cinco años de edad, planeaba escribir una
semblanza. “era excéntrico y paranoico”,
decía, “aunque no un lunático”. Y añadía: “Siempre y cuando no le trataras con
condescendencia, era estupendo trabajar con él”. Esto me pareció cierto del
todo.
A la semana siguiente,
Frederic Raphael, el colaborador a todas luces desdichado en el guion de Eyes
Wide Shut, tenía la propuesta para escribir su propia semblanza de Stanley
sobre la mesa de varios editores. Lo que se contaba en el libro que apareció
poco después resultó difícil de aceptar para mucha gente. No es sólo que fuera
hostil a Stanley, ni que estuviera tan lleno de rencor o resultara tan
humillante para el autor, sino que era indefectiblemente condescendiente.
“O
los tienes a tus pies o se te tiran al cuello”
decía Stanley. Evocando una frase de uso corriente en los círculos diplomáticos
europeos después de la WWII. En aquella época la referencia era a los alemanes;
pero Stanley hablabade los críticos y
cronistas de la cultura en general, de los periodistas del mundo del
espectáculo. Que tuvieran pretensiones intelectuales, escribieran en
publicaciones populares o, como era casi siempre el caso, se mantuvieran en un
escalón intermedio entre ambos. Generalmente polémicos y mal informados.
Siempre que podía, Stanley
procuraba metérselos en el bolsillo (el que ha sido maestro de ajedrez nunca
deja serlo, pero la deformada imagen que tenían de él, y la forma en que
despertaba prejuicios, le resultaba a Stanley cuando menos incómoda. No era
frágil como el cristal, pero la estupidez y la injusticia herían sus
sentimientos, y aun cuando él no fuera la víctima de ellos.
Cuando conocí a
Stanley, le conté que a principios de los sesenta estuve viviendo en N.Y. y
trabajé fugazmente de crítico de cinematográfico (sin cobrar) para una revista
que se llamaba The New Leader. "Quieres decir
que no te pagaban nada?” “Me pagaban la entrada del cine” “Caramba Michael…Ni siquiera tenías un
porcentaje en los beneficios? ¿O una cuenta de gastos? ¿Ni vales para comer? Le
dije que una de las películas que había reseñado era Lolita. Llamó a alguien en N.Y. y le envió la reseña. Le gustó. Yo
ponía la película por las nubes. Ni el propio Stanley la encontraba tan buena
como yo.
(…) Me acuerdo de esto
siempre que pienso en la vida que deben llevar los críticos, sobre todo los de
cine, y más aún los cinéfilos de la vieja escuela, los veteranos de
contracubiertas de libros que siguen escribiendo reseñas después de cuarenta
años o más, sin haber desarrollado aún una mente desenfadada y abierta; les
dicen a los demás donde se han equivocado, viven bajo la tensión cotidiana de tener
que encontrar otros superlativo, u otro adjetivo peyorativo, mientras aún
mantienen su credibilidad.
The New Yorker
“He
estado leyendo algunas críticas”, dijo Stanley, “Y, vaya Michael…¿recuerdas aquel antiguo
programa de radio, Vale la pena ser un cateto (Ignorante)?” Me dijo estas
palabras después del estreno de Full
Metal Jacket, antes de soltar unos comentarios acerca de un par de críticos
en concreto. “Bueno, de todos modos, han
escrito mi nombre correctamente”, añadió, mirando ficha técnica.
Y entonces se estrenó Eyes Wide Shut, y vinieron las críticas,
y ese ineludible diluvio de lo que solían denominarse “artículos de fondo”: The New Yorker, The New York Times (con la notable excepción de Janet Maslin, cuyo apasionado elogio de la película, se rumoreaba,
fu el causante de que se despidiera del periódico), The New Yorker Review of Books, The New Republic, lo mismo de
siempre. Pocos espectáculos hay más desagradables que éste: todo el grupo de críticos
listillos unidos en una versión, en un gesto de concentración que causa
espanto.
Cuarenta y ocho
cineastas, franceses y extranjeros, respondieron a estas dos preguntas hechas
por la revista mensual de cine francesa POSITIF, en su Nº 464, de octubre de
1999. Traducción por Raúl Lino Villanueva
1-¿Cuál es, según UD.,
el aporte de Stanley Kubrick al cine?
2-¿A cuál de las
películas de Stanley Kubrick le tiene UD. más afecto, y por qué?
CATHERINE BREILLAT
1.-
EL de haber hecho una obra.
Lo
que contradice la idea de que las películas solamente aglomeran múltiples
autores, armoniosamente calibrados y lisos como guijarros de carbón, para ser
repartidos en sacos todos los miércoles (día de estreno de películas en Francia);
y engullidos en palas a un ritmo forzado en la boca voraz y humeante de los complejos y multicines. Hasta que
llegue la muerte.
2.-
Lolita. Porque es la historia de una
jovencita, punto absolutamente nada escandaloso como se dijo pero arquetípico. Pero aquello es una chuchería personal; lo que es fascinante en
Kubrick es precisamente el enfoque arquetípico, cada película con su sello
único.Luego,
sin explorar la vena, pasar a otra.
Amo
enormemente el hecho que no hubo secuela de 2001, por demás de la impresionante cantidad de fans.
Lo que me gusta de
Kubrick es lo que una vez que lo dijo, ya no lo volvió a decir nunca. Así me
guste la idea de que un autor haga siempre la misma película. Y haciendo
obstinadamente “otra”.
ROMAN POLANSKI
1.- Para mí, Kubrick
fue el primero en haberle dado una forma más o menos realista a la ciencia
ficción. Antes de 2001 era más o
menos el reino del papel maché. Ya en Dr.
Strangelove mostró con un cuidado
extremo elementos fantásticos, como la sala de guerrao Slim Pickens cabalgando una bomba atómica.
Es en ésta película que utilizó les efectos especiales con ese perfeccionismo
que seguidamente le reprochamos. Como si fuera un defecto. Abrió el camino que
va desde Star Wars hasta Starship Troopers. EL gran éxito de 2001 fue debido al sentimiento, por
primera vez en el cine, de estar verdaderamente en el espacio. Yo rodaba en la época The Fearless Vampire Killers,en el mismo estudio, es así como conocí a
Kubrick. Me mostró varias cosas que había rodado con su director de fotografía,
Geoffrey Unsworth. Su enfoque me fascinaba. Tuvo mucho éxito adquiriendo su
independencia, ya que en esa época, para realizar tu visión de futuro de manera
plausible, se necesitaba de mucho tiempo y dinero. Nadie antes que él tuvo los
medios para llegar a eso, y nadie, en su época, hubiera aprovechado esa
ventaja.
2.- Sin ninguna duda Dr. Strangelove. No tuvo un gran éxito
comercial ya que fue hecha muy temprano. A su manera, es una película avant-garde y la obra de uno de esos
artistas que tienen un instinto del futuro, que están muy en avance de su
tiempo para ser propiamente apreciados. Todo me gusta: el tema, su
ejecución,con esta fotografía de Gill
Taylor, ese humor negro de Terry Souhthern y también de Kubrick ya que tenía
bastante, y todos los actores sin excepción, comenzando por Peter Sellers,Estoy muy apegado a Dr. Strangelove, que he visto muy seguido, y que creo, para los
cineastas, es una película tan diferente de lo que veíamos en la época, tan
nuevo, moderno y corajudo. Nada parece en estudio habiendo sido todo rodado en
él, como más tarde 2001. Esta mezcla
tan exitosa de realismo y de fuerza me dio ganas de conocer a Kubrick, Cuando, poco
después, yo grababa Repulsion, quise
a Gill Taylor detrás de la cámara, como a Geoffrey Unsworth para Tess.
CLAUDE SAUTET
1.- El recuerdo del cine ejemplar de Kubrick me deja una lección paradoxal:
ese puritanismo general y esa intransigencia casi tribal que llevan a un
perfeccionismo patológico deslumbrante, con la nada del misterio al final del
viaje. Un viaje más allá de la emoción donde el placer de la actuación, el
juego apasionado del espectáculo, nos lleva. Ese juego hecho de angustia solitaria
y lúcida, que alimentó de una inventiva continua para afirmar sin cesar si
singularidad. Iluminado de suntuosos estallidos populares.
2.- Primero 2001, después 2001 y siempre 2001. 2001 vuela
sobre su obra como 8 ½ de Fellini, como Citizen Kane de la de
Orson Wells.
Tomado del artículo Le Grand Atelier, publicado en Les
Inrockuptibles Hors Serie. Kubrick: L’Odyssee d’un Solitaire. 1999. Por
Fréderic Bonnaud. Entrevistas por Fréderic Bonnaud y JD Beauvallet. Traducción del francés por
Raúl Lino Villanueva
Kubrick
fue sin duda le primer cineasta que comprendió que la difusión de una película
en todos sus soportes (plataformas) era igual de importante que su producción,
que el seguimiento de una creación artística era capital asegurar el impacto y
sostenibilidad. Y Julián Senior se regocija en júbilo con ejemplos edificantes:
-Sobre La
Naranja Mecánica, undía recibió una llamada de unos de sus
técnicos de sonido, quien se encontraba de vacaciones en España y que vio allá
la versión doblada en español. Al medio de la película, había una bobina en
francés. Le dije: “Stanley ya lo arregló, ya a enviamos una bobina en
español”. Y él: No, no está arreglado,
porque en algún lado hay una copia francesa con una bobina en español!
-Cuando le mostramos Barry Lyndon a la prensa, Stanley me preguntó: “¿A
qué hora es la proyección?” “A las 10 de
la mañana”. Al día siguiente: “Julián, no estoy satisfecho respecto a esta
proyección en la mañana”. “Que es lo que está mal?” “Si los periodistas no han tomado desayuno el nivel de azúcar en su sangre es bajo y es difícil concentrarse.
Te voy a decir que vamos a hacer: vamos a servir café y galletas antes”. Entonces me hizo un croquis de la taza y el
plato y me dijo “Hay que usar platos grandes para que puedan poner sus
galletas”. Luego me preguntó detalles de
la sala, sobre el lugar, por donde entraban los periodistas, sobre el lugar
donde tomarían el café.
-En enero, de ese año, dos meses antes de su muerte. Kubrick
me llamó en la mañana: “Julián, estoy muy inquieto” “Cual
es le problema?” “Lolita”. “Lolita?” “He visto Lolita anoche a las 2 de la mañana
en un canal alemán por satélite. Que copia más mala! Por favor, llama al tipo
allá, le enviaré una copia decente que podrá transmitir”. Llamé al tipo del canal en Hamburgo. Stanley y Leon (Vitali) le
proporcionaron una nueva copia, con un buen contraste. No paraba nunca. Lo que
es legítimo. Siempre debía ser así”.
-Habíamos visto el
primer comercial publicitario de Full Metal Jacket en la cocina de Stanley, durante el
noticiero de las 10pm. Fue perfecto, pero Stanley dijo “No estoy contento,
hay algo que no está bien”. Subimos a su
oficina donde tenía un magnetoscopio. Pasó el comercial imagen por imagen. Tenía
razón, habían dos imágenes grises. Stanley vio estas dos imágenes, a 25i/s por
segundo. Le dije que como espectador medio me parecióperfecto, que no me di cuenta. Dijo “No,
hay que cambiar eso”. Llamó a su editor y
a Leon Vitali. A las 10:30pm regresamos a la sala de edición y reeditamos el
comercial. A la mañana siguiente, estábamos en Birmingham, en Glasgow, en
Southampton, para entregar nuevas bobinas a las televisoras. Cuando uno es
perfeccionista no hay límites. Y es contagioso.
Tomado del artículo Le Grand Atelier, publicado en Les
Inrockuptibles Hors Serie. Kubrick: L’Odyssee d’un Solitaire. 1999. Por
Fréderic Bonnaud. Entrevistas por Fréderic Bonnaud y JD Beauvallet. Traducción del francés por
Raúl Lino Villanueva.
Con el fin de descifrar los
famosos métodos de trabajo de Stanley Kubrick, desenmarañar leyenda y realidad,
nos encontramos en Londres con tres de sus más cercanos y antiguos colaboradores: Leon Vitali, Jan
Harlan y Julian Senior. Un gran avance en el sistema Kubrick para dibujar un
retrato del genio artesano a la antigua, pedagogo incansable de meticulosidad
más empírica que fría, gran comunicador curioso de todo. Y gran devoto y amigo
de los animales.
Sobre todos esos puntos litigiosos, el testimonio de Julian
Senior es de una abundante claridad. Director de publicidad, de marketing y de
relaciones con la prensa de la Warner con toda Europa. Habla claro, franco y
divertido. Gran contador de historias, su repertorio de historias con y sobre
Kubrick parece interminable. Si se permite a veces ser irreverente con Kubrick,
no oculta su poca admiración por The Shining (A Shelley Duval la hubiera agarrado a batazos de béisbol desde el
primer carrete…) y encuentra insoportable la voz de Ryan O’Neal en Barry Lyndon, habla de Kubrick sin nunca
hastiarse, muy seguido con lágrimas en los ojos. “Su contrato con la Warner era de hacer una película con clasificación
R, apta para todo público, con control parental para adolescentes. Pero él no
sabía cómo las personas de la comisión iban a reaccionar. Vieron la película
diez días después de la muerte de Stanley y declaran que, según la ley
estadounidense, toda relación sexual mostrada en pantalla conlleva una
prohibición automática a menores de 17 años (NC -17). Stanley decía que si
ciertas escenas tenían problemas de censura, él agregaría tapaderas numéricas.
Se hizo después de su muerte.”
Corresponsal de prensa practicante en 2001, Julian Senior
conoció a Kubrick en 1968. Me dijoinmediatamente: “Voy a expandir tu
horizonte. Podrás ver más lejos” En 1969
cuando llevó A Clockwork Orange a la Warner, yo ingreséa la Warner al mismo tiempo. No era una
compañía americana como las otras. Había firmado a Martin Scorsese por Mean
Streets, Terence Malick por Badlands, Clint Eastwood. Era una compañía diferente
y yo quería ser parte. Stanley le daba su confianza a todo a priori. Si trabajó
conmigo, es, pienso yo, porque se dio cuenta que trabajar con una grande
compañía, era como tratar con un dinosaurio., Un gran cuerpo, muy poderoso,
pero con pequeño cerebro.
No hablaba con los directores de la compañía, pero
llamaba a la responsable de desarrollo en Hong Kong por ejemplo. Igual que
llamaba él mismoa los productores
japoneses. Porque como en cualquier sociedad estructurada, cuando las órdenes
son transmitidas y que llegan al final de una larga cadena de intermediarios,
son completamente deformadas. El gran placer de Kubrick era trabajar como un
cineasta independiente al interior de una gran compañía.
Kubrick
era como un profesor. Si yo no comprendía algo, se tomaba una hora para
explicármelo. Como el hecho de que el sonido esté adelantado en 20 imágenes. La
proyección se hace aquí y la cabeza de lectura está allá. Hay entonces 20
imágenes de distancia entre ambas. Entonces todas las películas de Kubrick
tienen un bip de sincronización que le permite al proyeccionista saber que hay
precisamente 20 imágenes entre la imagen y el sonido. Es por eso que éste
hombre era un genio: hacía lo mismo para cualquier otra cosa ínfima.
Tomado del libro Le futur selon Kubrick, de Piers Bizoni, Cahiers du Cinéma, 2000. Edición original Autum Press LImited, 1984. Traducción del francés por Raúl Lino Villanueva.
El CHOQUE DE TITANES
En
marzo de 1964, Stanley Kubrick le escribe una carta a Arthur C. Clarke. Le
declara la intención de hacer “la película referencia de ciencia ficción”. Pero
en realidad el cineasta acariciaba este proyecto desde hacía mucho tiempo.
Alexander
Walker, crítico de cine del Evening Standar de Londres, recuerda el día que conoció a Kubrick, en 1957, en a
época de Paths of Glory. Al momento que el crítico de disponía a retirarse
del departamento del cineasta, en el Lower East Side, en New York, después de
una larga y amigable entrevista, llegó alguien a entregar un lote de películas
que Kubrick debía visionar. Eran películas japonesas de ciencia ficción.
Kubrick quería familiarizarse con sus efectos especiales.
-“¿Va
UD. a hacer una película del espacio?”, le pregunta Walker.
Kubrick
le lanza una mirada negra y sospechosa.
-“Le
pido por favor ¡Tenga mucho cuidado con lo que va a escribir!”
Walker
guardará el secreto sobre este incidente durante cerca de diez años, hasta el
día que era evidente para todo el mundo que Kubrick estaba rodando 2001: A
Space Odyssey.
Alexander Walker
Roger Caras, quien
trabaja en el servicio de publicidad de la Columbia (productora de la última
película de Kubrick Dr. Strangelove)
almuerza con Kubrick en febrero de 1964. Este, que normalmente es muy discreto,
le cuenta que su próximo proyecto tendrá que ver con los viajes espaciales. “He leído todo lo escrito sobre este tema”,
le dice. Pero Caras le aconseja de no perder el tiempo y buscar al mejor
escritor de ciencia ficción en actividad: Arthur C. Clarke.
-“Me han dicho que vive recluido, dice
Kubrick. Una especie de loco que vive en
un árbol, en India o no sé dónde”
-Bromea?, replica Caras.
Kubrick,
entusiasta, le pide contactarlo con el escritor.
Los
dos hombres se conocen el 22 de abril de 1964 en el restaurante Trader Vic.,
del Plaza Hotel en New York.
Arthur C. Clarke
Lo
que inmediatamente observa Clarke en su interlocutor es su aguda inteligencia.
Puede absorber instantáneamente nuevas ideas y no olvidarlas. Hace preguntas y
graba las respuestas con la misma facilidad de una computadora.
El
primer encuentro de estos dos “maratonistas
del córtex” (dixit Life) se
desarrolla de lo mejor. Durante ocho horas, revisan sus ideas, la conversación
pasaba a su turno de la conquista espacial a la política, de platillos
voladores al senador Goldwater.
Durante
el siguiente mes, Clarke y Kubrick se ven casi diariamente, durante casi cinco
horas consecutivas. Se ven en el desayuno, en el almuerzo, en la cena. Desarman
conscientemente las últimas teorías de la ciencia, de la investigación espacial
y de la alta tecnología, durante sus idas al cine, a galerías de arte,
restaurantes y bares, o en el departamento de Kubrick.
Miran
las películas de sus competidores: la muy impresionante Destination Moon, de George Pal, escrita por Robert Heinlein, otro
peso pesado de la ciencia ficción; War of
the Worlds, de Bryon Haskin, con efectos my interesantes; Forbidden Planet, de Fred McLeod Wilcox,
la primera space ópera a colores de gran presupuesto; o The Day the Earth Stood Still, de Robert Wise, un cuento dramático
y moralizador sobre el descubrimiento del belicismo de los terrícolas por
“seres” de otro planeta.
Pero
Kubrick es muy crítico con éstas películas. Desaprueba la ausencia flagrante de
realismo, su impotencia para reflexionar a lo que podría verdaderamente ser un viaje en el espacio. Y si igualmente la
aproximación casi documental de Destination
Moon es satisfactoria para la época, Kubrick tiene la sensación que ninguna
de éstas películas trata sobre la importancia filosófica que conlleva el viaje
al espacio o su impacto sobre la sociedad.
También
vio la super producción de Alexander Konda Things To Come (1936), de William
Cameron. La ve hasta el final. La detesta: “Que intenta hacerme? le pregunta a
Clarke. Es la última vez que niro una película que me recomienda” (Por extraños
caprichos del destino, Kubrick grabaría 2001
en ciertos estudios que acogieron, precisamente, el rodaje de Konda).
Kubrick
juzga que su nuevo colaborador es un poco esclavo de la ciencia ficción
romanesca y que le faltaba sentido crítico sobre el género cinematográfico.
Clarke cree que “Kubrick no está lejos de creer en los ovnis” y se esfuerza
para desengañar al cineasta sobre ciertas ideas irracionales. continuará.....
La primera película de ciencia ficción que vi en mi vida fue Star Wars. Tenía 8 años. Tiempo después reestrenaron 2001 en salas. Le dije a mi padre que quería ir al cine a ver de nuevo esas naves espaciales, espadas láser y batallas entre naves. Se llamaba 2001..."Odisea del Espacio"...DEL ESPACIO!
Obviamente estuve confundido. Y me dormí. Desperté antes del gran salto temporal. Justo para ver la nave. Creí que habían prendido la radio por casualidad (Mi padre escuchaba música clásica). Aguanté bien todo el proceso. ¿Que es una computadora? ¿Y hablan las computadoras? Me estaba volviendo a quedar dormido hasta que apareció el viaje psicodélico que realmente me mareó. Luego llegó el bendito feto en el espacio y ya no supe que pasaba. Le pregunté a mi padre del porqué de ese "niño" pero pá estaba profundamente dormido. Esa fue mi primera experiencia con 2001. No entendí nada.
Este blog ah publicado, creo yo, todo lo que Kubrick ha respondido sobre esta obra. Me arrepiento no haber guardado algo para este aniversario. Así que haré un resumen de varios post para evitarte una extensa navegación.
Si entendiste 2001 a la primera.....este post no es para ti.
Si no entendiste, Kubrick y los que lo hicieron junto a él te lo "explican" (textos construidos y extraídos de diversas entrevistas)
STANLEY KUBRICK
2001: Comienza con un artefacto dejado en la tierra hace cuatro millones de
años por exploradores extraterrestres que llegaron para observar el
comportamiento de los hombres-simios de la época, y que decidieron influenciar
en el curso de la evolución. Luego UD. encontrará un segundo artefacto
enterrado en la Luna y programado para dar una señal de los primeros pasos del
hombre en el universo. Una especie de trompeta cósmica. Y, finalmente, UD.
tiene un tercer artefacto puesto en órbita alrededor de Júpiter en la espera
del momento en que el hombre llegará al límite extremo de su propio sistema
solar. Cuando el astronauta que sobrevivió, Bowman, llega a Júpiter, el
artefacto entra en un campo de fuerzas, a través de espacios interiores y
exteriores, y lo transporta finalmente a otra parte de la galaxia. Allí, es
puesto en un zoológico humano, una especie de hospital, un entorno terrestre
hecho de sus propios sueños y de su imaginación. El tiempo no existe: su vida
pasa de la edad madura a la vejez y a la muerte. El renace en un ser mejorado,
en niño-estrella, un ángel, un super hombre si lo desea, y regresa a la tierra
listo para la nueva etapa de la evolución y del destino humano.
Eso es lo que pasa en
la película al nivel más elemental. El encuentro con una inteligencia
extraterrestre avanzada sería incomprensible si la situamos en nuestro sistema
de referencias terrestres y contemporáneas. Desde entonces, las reacciones a
esta situación conllevan elementos de filosofía y metafísica que no tienen nada
que ver con el simple esquema de la intriga.
Yo diría que es un documental mágico en cuatro partes. También he
probado de hacer en cierto modo, que no se diga nada importante en los diálogos
y que todo lo que sea importante sea traducido visualmente o en términos de
acción.
El concepto de Dios
es el centro de 2001. Pero no cualquier
imagen tradicional y antropomórfica de Dios. No creo en ninguna de las
religiones monoteístas de la Tierra, pero creo que cada uno puede construirse
una definición científica de Dios.
Arthur Clarke y yo queríamos dar a la máquina un nombre humano, y por
eso elegimos ese, que está compuesto de las iniciales de "Heuristic"
y "Algoritmic", es decir la heurística, la educación a través de la
experiencia, y la algorítmica, la posibilidad de formulación, dos
características que debería tener una máquina así. Entonces, un criptógrafo ha
visto la cinta y ha dicho: ¡Ya está... ya entiendo por qué se llama HAL!, y ha
señalado que las tres letras H, A y L preceden a las letras I.B.M. Pero
nosotros no habíamos pensado en esto.
El verdadero protagonista de 2001 es HAL, por lo que decidimos darle una personalidad. Nos pareció muy interesante tomar
una simple máquina y escribir el guión de modo que la gente acabe de sentir
algo por ella. También era preciso hacer comprender a los espectadores que, al
utilizar máquinas que a veces son más complicadas e inteligentes que nosotros,
ponemos en cuestión todos nuestros valores morales. Y la destrucción de una
máquina de estas (tal como sucede en la cinta), ¿Tiene menos significado que la
destrucción de un individuo? En cuanto a que los astronautas parecen poco
sensibles, es cierto. Pero, en condiciones análogas, supongo que se
comportarían así, pues uno no elige a personas hipersensibles para un viaje a
Júpiter.
2001 es
una experiencia no verbal; de dos horas y 19 minutos de película, sólo hay un
poco menos de 40 minutos de diálogo. Traté de crear una experiencia visual que
trascendiera las limitaciones del lenguaje y penetrara directamente en el
subconsciente con su carga emotiva y filosófica. Como diría McLuhan, en 2001 el
mensaje es el medio.
Quise que la película fuera una experiencia intensamente
subjetiva que alcanzara al espectador a un nivel interno de conciencia como lo
hace la música; "explicar" una sinfonía de Beethoven sería castrarla
levantando una barrera artificial entre la concepción y la apreciación.
Sobre la música quiero decir varias cosas. La música aporta aspectos que
no están en la imagen. Por ejemplo: cuando el astronauta gira alrededor del
vehículo espacial, pienso que sin esta música triste y dando una impresión de
soledad, se habría podido pensar: !Que bonito es el mundo¡ La música de Strauss ("Así habló
Zaratustra") es adecuada porque es bonita, pero
generalmente se la ha asociado a cosas banales.
2001 es fundamentalmente una experiencia visual,
no verbal. Eres
libre de especular como quieras acerca del significado filosófico y alegórico
del film – y esa especulación es una indicación de que ha triunfado en llevar a
la audiencia a un nivel más profundo – pero no quiero trazar un camino verbal
para 2001 que cada espectador se sienta obligado a seguir o incluso
tema haber perdido el hilo. Creo que si 2001 triunfa, es en llegar a un amplio
espectro de gente que no había tenido un pensamiento sobre el destino del
hombre, su papel en el cosmos y su relación con más altas formas de vida. Pero
incluso en el caso de alguien que es más inteligente, ciertas ideas encontradas
en 2001 pueden, si se presentan como abstracciones, caer a
menudo sin vida y es automáticamente asignado a la oportuna categoría
intelectual; experimentado en un contexto cinematográfico visual y emocional,
sin embargo, tocan la fibra más profunda de la existencia de cada uno.
Desde el comienzo de la preparación de la película, discutimos los
medios visuales para representar una criatura extraterrestre de manera tan
sorprendente para el espíritu que la misma criatura debiera serlo. Se volvió
muy rápidamente evidente que lo inimaginable no podía ser representado. A lo
mejor, podíamos intentar encontrar una forma artística que nos dé algo de su
naturaleza. Es por ello que nos decidimos por el monolito negro, posee
atributos de arquetipo y del arte minimalista.
Pasamos un año
intentando hacer convincentes los rostros de los hombres-mono sin que
traicionen el uso de maquillaje convencional. Terminamos creando una caja
craneal y un rostro completos. Les pegamos el equivalente de músculos de la
cara que jalaban los labios hacia atrás de manera creíble desde que se abría la
boca. La boca misma tomó mucho trabajo: los dientes eran artificiales así como
la lengua. Los actores podían manipularla con pequeños botones para hacer rugir
los labios de manera convincente. Algunas máscaras poseían dispositivos
internos para mover los músculos artificiales situados en las mejillas y detrás
de los ojos. Todos los simios salvo dos pequeños chimpancés eran hombres, la
mayoría bailarines o mimos. Eso les permitía desplazarse un poco mejor que los
habituales simios del cine.
En realidad nadie vio la película terminada sino a ocho días antes de la
primera proyección de prensa en abril de 1968. La primera vez que la vi con su
pista sonora terminada y satisfactoria fue una semana antes de su estreno.
Terminé la parte con los actores a comienzos de junio de 1966, y, a partir de
allí hasta el debut en marzo de 1968, consagré mi tiempo a trabajar en los
doscientos cinco planos con efectos especiales. El último plano fue editado en
el negativo en los estudios MGM de Hollywood unos días antes del estreno. No
había nada calculado en la elección de no mostrar la película hasta el último
minuto. Simplemente no estaba terminada.
JOHN ALCOTT, Director de la Fotografía
Yo era asistente de Geoffrey Unsworth, y naturalmente fui llevado a
trabajar con él en 2001. Hasta allí siempre quise fotografiar
películas, pero intentaba obtener satisfacción sin lograrlo. Miraba a los
directores de fotografía tomar un tiempo considerable a iluminar sus decorados
y otro tanto de horas más a desarmarlos, a deshacerse de sombras de micros y
cosas por el estilo. Cuando llegué al plató de 2001, fue la primera
vez que ví una película rodarse con iluminación natural.
Mi primer trabajo fue filmar la primera parte, "The Dawn of
Man". Se tuvo que rodar en estudio ya que queríamos una luz de amanecer,
muy débil, y eso hubiera tomado meses para filmar cada plano en África. Stanley
encontró unos gran angulares y además fabricó un proyector de diez pies sobre
ocho para proyectar las fotos de fondo en una pantalla de treinta metros por diez
metros, el mas grande de ese tipo en la época. Las transparencias estaban
constituidas exclusivamente por fotos tomadas en África bajo instrucciones
precisas de Stanley.
Me acuerdo de la escena en donde William Silvestre va hacia la estación
espacial. Al principio, teníamos una exposición de f 8 y terminamos por
establecerla entre f 2.8 y f 4. Y la luz
brillante, clara, blanca de esta película es debida a esta diferencia. Supongo
que nos damos menos cuenta hoy en día ya que todas las películas de ciencia
ficción retomaron este principio. Este brillo se extendió hasta los decorados y
correspondía a la sensación que deberíamos supuestamente tener en el espacio.
La última escena,
en la habitación del siglo XVIII, fue iluminada exclusivamente desde el piso, los reflectores eran
cuadrados de sesenta por sesenta centímetros y debían tener cinco centímetros
de espesor para que se pudiera caminar sobre ellos. El calor por debajo tenía
tendencia a deformar el plástico. También descubrimos que las luces que se
emplean normalmente en cine provocan demasiado calor. Tuvimos que utilizar las
lámparas y material que usan los fotógrafos, de tipo “hongo”, que son muy
simples y mucho menos caras. Esto viene de la actitud de Stanley de encontrar
siempre ideas nuevas.
2001: EL OSCAR A LOS FX
El equipo de Efectos Especiales de 2001: Una odisea del espacio que
Stanley Kubrick reclutó estaba constituido principalmente por Wally
Veevers, quien ya había trabajado en Dr. Strangelove. El
siguiente fue Tom Howard, responsable de FX de la MGM. Los
siguientes fueron dos jóvenes animadores de L.A.: Doug Trumbully Con
Penderson.
Se unieron otros más como Zoran Perisic (quien luego hiciera volar
a Superman), Bryan Loftus, Jack Malick, Colin Cantwell, Bruce
Logan, Frederick Martin, David Osborne, Bryan Johnson (luego ganaría un Oscar
por los FX de Alien) y Keith Hamshere, quienes no fueron
mencionados en los créditos.
En la ceremonia de los Oscars, en 1969, Kubrick fue nominado por los FX
de 2001 y la película se alzó con el premio. El reclamó el
Oscar a nombre de todos los supervisores del equipo y se lo llevó a casa (no
estuvo presente en la ceremonia de entrega). Según el reglamento de los Oscars,
les responsables de los FX eran muchos (eran 4, más Kubrick) para ser nominados
todos. Pero nada se opuso a que Tony Masters, Harry Lange y Ernie Archer sean
nominados individualmente por su trabajo en decorados.
“Era un tema delicado, admite Trumbull. No creo que debió
apropiarse de ese Oscar. Los FX no fueron concebidos por Kubrick. Él solamente
los dirigió. Creo que se trata de un caso extremo raro en la historia del cine,
donde un director se entrega tanto en los FX. Pero fue un trabajo de grupo, que
implicaba a mucha gente”.
Penderson no dice lo contrario, igual lo formula de otra manera. “Stanley
dirigió todos los FX de la película. Eso es incontestable”. Al escucharlo,
comprendemos que él está menos herido que Trumbull por esto.
Durante los años setentas, Trumbull rompe toda relación con Kubrick por
culpa de un malentendido. “Nunca pretendí ser el único en haber
trabajado en los FX de 2001. Pero la prensa simplifica todas las cosas…"Doug
Trumbull, el hombre de los FX de 2001"…Leyendo eso, Kubrick me escribió
o me llamó, no recuerdo bien, para decirme: ¿A que está jugando, a
proclamar por todos lados que UD. hizo solo los FX de la película?... Le
debí decir y repetir que yo no había hecho nada, pero después de esto, nunca
más volvimos a hablar”.
Douglas Trumbull y Zoran Perisic se libraron a experiencias con un banco
de animación clásico, desplazando la cámara manteniendo el obturador abierto
para crear efectos borrosos interesantes a partir de una pintura iluminada. El
siguiente es uno de los fotogramas que convenció a Kubrick para financiar la
fabricación de la slit-scan, con la que se haría la famosa
escena del viaje de Bowman, llamado “La puerta de las estrellas”.
CHRISTIANE KUBRICK. Esposa
A menudo se nos ha preguntado por qué El Vaticano se interesó por la película. La respuesta es simple: el mundo está lleno de agnósticos en busca de un principio básico, fundador, todos tenemos miedo de morir, con mayor razón creencias en las cuales creer. 2001 contiene una gran cantidad de pistas de reflexión. La única cosa que molestaba a Stanley es que las imágenes, los decorados o trajes parecen pasados de moda en comparación con lo que se hace hoy en día en cuanto a efectos especiales. Puede parecer ingenuo en realidad haber querido mostrarlo de esa manera, pero creo que el público sabrá verlo en el contexto de su creación: en 1968, nunca se había hecho. Hoy en día, el espacio es tan oscuro y sucio. En la época lo veíamos aún hermoso y brillante.
JAN HARLAN. Productor y cuñado.
Recuerdo
una buena frase de Stanley para resumir su trabajo en la película: "Es
el intento de un imbécil para contar algo incomprensible"