23 de octubre de 2011

LA VECINA NUNCA VIO A KUBRICK.





Recluido en su mansión inglesa, vivió al ritmo de Estados Unidos.


The New York Times Magazine 1999. Peter Bogdanovich.
El Miércoles, 15 de septiembre 1999
Traducción del inglés por François SERGENT. Del francés al castellano por Raúl Lino-Villanueva.


Stanley Kubrick salía tan raras veces de su propiedad que un desconocido pudo por meses hacerse pasar por él.

En las palabras de la vecina más próxima de Kubrick, acostumbrada a las preguntas de los fans y la prensa, "vivía una vida muy muy privada." La vecina que nunca vio a Kubrick en las calles de St. Albans, la ciudad más cercana al castillo, una ciudad que oscila entre el campo y los barrios extremos de Londres. "Ni en las tiendas o en restaurantes o en los bares", se ríe, divertida ante la idea de ver a su famoso vecino mezclarse con la gente común. "Nunca tuvimos una queja de él, pero él no vivía una vida ordinaria." Ella lo veía de vez en cuando en su coche -"un poco más a menudo cuando filmaba una película", siempre conducido por un chofer. ”me hacía una pequeña señal, pero no sé si me reconocía, o si reconocía a mi perro, él amaba mucho a los animales."

Kubrick tenía una buena vida desde hace más de veinte años en St. Albans, casi nunca salía de su dominio en Childwickbury, nunca había hecho de Inglaterra su país. El director salió tan poco de su castillo que un inglés, Alan Conway, que no se parecía ni siquiera remotamente a Kubrick, fue capaz durante meses hacerse pasar por el maestro. El impostor fue capaz de engañar a los mejores clubes y restaurantes de Londres, haciéndose incluso invitar por un crítico del New York Times que descubrió el fraude mediante la verificación de las afirmaciones increíbles de Conway con la Warner. El usurpador, también homosexual, había venido a cenar con jóvenes, y el periodista del Times había pensado que Kubrick se había convertido en gay. La historia habría divertido un montón a Kubrick.


John Malkovich en el papel de Alan Conway (Colour Me Kubrick: A True...ish Story )Canal+. 2006 


Ermita

En una rara confidencias, el director había opinado sobre su exilio británico. "Como soy un director, tengo que vivir en un centro de producción de habla inglesa, sea Los Angeles o Nueva York o Londres. Me encanta Nueva York, pero sus capacidades de rodaje son más bajos que en Londres, Hollywood es mejor, pero yo no quiero vivir ahí, me gusta estar lejos de todas esas personas vacías de Hollywood." Es así que este nativo del Bronx, pilar de Nueva York, vino a encerrarse en el campo inglés, verde y tranquilo, triste y con encanto. 

Otra de las ventajas de la ermita, su proximidad a los principales estudios londinenses de Shepperton y Elstree, a menos de una hora en coche desde St. Albans. Una ventaja sagrada para Kubrick. Obsesionado con la seguridad, dejó de volar en los años 70 y pidió a sus conductores de no conducir a más de 60 km / h. Su esposa Christiane, una pintor, explicó también que ella prefería la tranquilidad de St. Albans para sus tres hijas, todas criadas en el Reino Unido. "Mi casa es una prefecta fábrica de familia", había confesado. 
Varios de sus cuadros revelan un tranquilo Kubrick padre de familia jugando con sus hijas, sus gatos y perros. En palabras de uno de sus biógrafos, Vicente LoBrutto, "estas pinturas muestran Stanley a través de los ojos de alguien que lo conoce mucho más allá de la imagen del creador solitario, y misántropo obsesionado". Si Kubrick pertenece a la raza de los grandes excluidos, como Pynchon, Salinger o Greta Garbo, no fue un Dr. Strangelove, encerrado en sus sueños y fantasías. 
El escritor Michael Herr, autor de Despachos y co-guionista de Full Metal Jacket, cuenta: "Él fue uno de los más hombres más sociables que he conocido, pero su convivialidad pasaba través del teléfono." Herr considera su cooperación con Kubrick como "una conversación telefónica de tres años." Para Spielberg, "le decían ermitaño porque él no hablaba con la prensa, pero se comunicaba con más gente que nadie; cuando hablamos por teléfono, conversabamos durante horas, estaba en constante contacto con cientos de personas. "

El trabajo nocturno

Llamadas de teléfono legendarias, a partir de cualquier momento del día o de noche, con "aquí Stanley" como si sólo hubiera uno. Viviendo en una Europa que no le interesaba, necesitaba de sus contactos con los Estados Unidos. Trabajando por la noche para mantener el ritmo con las horas de EE.UU., esperando que sus amigos, colegas o empleados se despertien en Hollywood. "Stanley no vivía en Inglaterra no porque no le gustaba Estados Unidos, escribió Michael Herr, Santo Dios, si hablaba sin cesar, estaba en su cabeza, en su sangre, ni siquiera estoy seguro de que él sabía que no vivía en los Estados Unidos, incluso si no había regresado desde 1968."

La obsesión con los Estados Unidos

Jack Nicholson le dijo a un reportero que tenía conversaciones telefónicas diarias con Stanley en 1995. "Para una película?" "No, él quería saber cada noche lo que había pasado el juicio de OJ Simpson." Su obsesión con los Estados Unidos le hacía recibir por envío especial cotidiano su amado Nueva York Times, que leía con una atención formidable. Una vez Kubrick despertó en plena noche a uno de los productores de la Warner de Nueva York debido a que el New York Times había olvidado de imprimir el período de sesiones 13 h 30 de The Shining en una sala de cine en Manhattan. 

La altura de su fama y el deseo de cualquier actor o guionista para trabajar con una de las últimas leyendas del siglo, impuso manías en su personal, todos obligados a ir a verlo en su castillo. Kidman y Cruise llegaron un día sobre el césped del "Castillo de Kubrick", en helicóptero y no salieron de Londres durante dos años, obligados a vivir cerca del maestro. 
Frederic Raphael, guionista de Eyes Wide Shut, habla de las largas horas con Kubrick, retomando constantemente el guión, llamandolo a cualquier hora, incluyendo el día de Navidad. Raphael, en su testimonio, describe una casa enteramente dedicada al cine con un ala del castillo transformado en un estudio. Kubrick vivía rodeado de televisores, de por lo menos cinco computadoras encendidas permanentemente, varios radios de onda corta y las colecciones gigantescas de periódicos, libros y cintas de vídeo. El creador de mega-producciones  lentas y largas como Barry Lyndon o 2001, dice su biógrafo, LoBrutto, amaba los spots publicitarios de treinta segundos, sobre todo los comerciales de cerveza Michelob. "Algunos de los ejemplos más espectaculares de películas son los mejores comerciales de TV", había confesado a la revista Rolling Stone.




4 comentarios:

JLO dijo...

post enmarañado poero divertido sobre Stanley...

salu2

Aragüés dijo...

Raúl! acabo de ver esto, es una carta de Kubrick a Bergman, cuando era joven. No sé si la conocías ya, pero era un curiosidad:

http://www.canaltcm.com/escritopor/post/2011/10/29/stanley-fan-fatal

Un abrazo!

Raúl Lino Villaneuva dijo...

Sr Aragués...MERDE ALORS! Me he caído, literalmente, de culo. Esto prueba que Kubrick era humano. Que delicia.Mil gracias. Lo publico inso facto!!!!

Aragüés dijo...

De nada! Sí, ha sido todo un descubrimiento!