26 de octubre de 2010

STANLEY ERA RIDÍCULAMENTE OPTIMISTA


"Stanley era ridículamente optimista"
Contado por sus familiares, incluyendo a su viuda, el cineasta aparece a las antípodas del monstruo paranoico descrito por la prensa sensacionalista. Eyes  Wide Shut es su último respiro cinematográfico.




Por Eric Dahan (Enviado Especial a St. Albans para el periódico Liberation, France.)
Traducido del francés por Raúl Lino vuillanueva  

Son casi 12h 30pm cuando cruzamos la primera barrera electrónica del verde inmenso de St Albans (a una hora de Londres), donde Stanley Kubrick se había establecido en los años sesenta con su tercera esposa, Christiane Harlan y sus tres hijas. Didier de Cottignies, amigo personal del cineasta desde 1980, y por su posición en la industria de la grabación clásica, asesor musical acreditado en la banda sonora de la película, dice: "En los tiempos de Stanley, no era suficiente presionar el botón rojo, uno se debía anunciar ante el intercomunicador."

La segunda valla eléctrica pasada, soy sorprendido por la magnificencia de los parques verdes, la profusión de flores que rodean la mansión enorme. Protegido por una lona, el camión frigorífico que contiene las imágenes de Eyes Wide Shut. En el interior, la casa consta de una serie de habitaciones, lavandería, decorado con pinturas incluyendo las de Christiane Kubrick. En una de las habitaciones convertida en una oficina,  reina un desorden tranquilizador. La familia proporciona y asegura el servicio post-venta sin peroratas, por el respeto al maestro, esposo y padre desaparecido. Anya Kubrick confirma: la máscara veneciana colgando despreocupadamente de una aplicación eléctrica en la pared, es el usado por Tom Cruise durante la escena de orgía infame. Aprovechamos la oportunidad para preguntarle a quemarropa si su padre tenía episodios místicos o de meditación, y ella se parte en carcajada: "Mi padre, un místico? Pasó su tiempo viendo la televisión! " 

                                                 Anya Kubrick

Encontramos a la viuda Kubrick en la gran cocina, como un invernadero, antes de convocar al pequeño grupo en un parque, protegido del resplandor del sol con una lona. 
Christiane Kubrick vestida de blanco, alimenta a los peces en un estanque lleno de nenúfares, a pocos metros del árbol bajo el cual descansa eternamente, con guijarros simple como una estela, "el recluso misterioso" que dio al mundo 2001, La naranja mecánica y El resplandor. A la mención de las fiestas regulares que daba el director para cerca de 500 personas en su parque, resulta difícil de creer el mito fabricado por los tabloides, de un paranoico antisocial que llevaba, entre otras mentiras, un casco en su coche. Stanley Kubrick fue un artista que se dió los medios para trabajar de forma independiente y en casa, y que, podemos deducir, prefirió reunirse con sus amigos en casa en lugar de ser empujado por desconocidos en los restaurantes o discotecas de moda. "Las únicas personas a las que no quería hablar eran  los periodistas", dice Christiane, y agrega “esto por una sencilla razón: no quería echar a perder la sorpresa y el impacto de sus películas, o parasitar su existencia con un discurso . En total, habló con la prensa siete veces."




Durante la hora en la que estamos hablando con Christiane, sus tres hijas, Didier de Cottignies y Jan Harlan, productor ejecutivo de Kubrick desde Barry Lyndon, una docena de perros saltan en todas direcciones. Intentamos una primera aproximación:


Si Eyes Wide Shut expresa la verdad última de Kubrick, parece ser la de un hombre de absoluta lucidez, incluso cruel con  la existencia humana, pero a la vez con una infinita compasión

Christiane Kubrick: El director de cine documental Tony Palmer me envió una carta en la que expresa de forma magnífica, lo que yo también creo de la película, lo que es la descripción comprensiva de una pareja: ni pesimista, ni optimista , honesto. En su vida privada, Stanley estaba lleno de  energía, ridículamente optimista. Podía explotar de ira, a veces, pero no estaba nunca de mal humor, como algunos. Tenía esta película en mente desde hacía treinta años, estaba enamorado de el libro de Schnitzler. Creo que estaba feliz de haberlo  hecho cuando era más viejo y sabía más sobre la vida.

Jan Harlan: El matrimonio es un trío. Hombre, mujer, y el vínculo frágil que los une  y debe ser tratado como un jardín, con infinita delicadeza.
Anya Kubrick: Que se trate de monogamia gay o heterosexual, es lo mismo: hay que dar espacio y confianza.



Su afición por los actores de Hollywood sin “peso”, pienso  sobre todo en Ryan O'Neal en Barry Lyndon , venía del hecho de que necesitaba manipular a los actores a su voluntad?

C. K. Ryan O'Neal es un actor excepcional. En cuanto a Tom Cruise y Nicole Kidman, son hermosos, ricos, perfectos, son modelos a lo que gente quiere parecerse. Lo que Stanley quería decir con ellos, es que estas personas que tienen éxito en todo y que sin embargo pasan por un montón de confusión, sólo tienden a culparse. Como siempre, había visto todas sus películas antes de contratarlos. Tuvo un gran afecto por Tom Cruise y hasta le enseñó a usar una cámara fotográfica. Él se veía como un abuelo cariñoso, pero puede que muy exigente debido a la diferencia de edad.



Algunos piensan que Eyes Wide Shut es su obra más arriesgada, menos formalista, más generosa ¿Kubrick estaba emocionado al hacerla?

C. K.: El siempre consideraba que la película que estaba haciendo era la mejor para él y era muy crítico en relación con  sus primeros largometrajes que él encontraba inmaduros. Me impedía verlos.



La extraña sensación que produce la película es el  de un rebelde ordenado, componiendo una canción de amor a la monogamia, al mismo tiempo que molesta e incomoda a la burguesía.

J. H. : ¿Un rebelde? El era todo lo que había de más sociable. Era un dictador entusiasta  que consultaba muchas persona en el foro antes de tomar una decisión impresionante. Ciertamente, no permitía que la gente de Hollywood le dicten la edición de su película, pero no era rebelde, amaba las buenas historias para contar.

Christiane y Anya Kubrick: Le daba oportunidad  a todo el mundo, él siempre veía todo, hasta películas como White Men Can't Jump con Wesley Snipes y Woody Harrelson,  le gustaba igualmente Oliver Stone, Woody Allen, Bergman o Fellini . Amaba la complejidad de Buster Keaton y Pulp Fiction, y tenía una pasión culposa por las películas con gran show sobre la Segunda Guerra Mundial. Pasó su infancia en la construcción de aviones para jugar a la guerra.





¿Tenía algún tabú o a prioris morales ?

La familia unánime: Se negaba a rodar una escena que contuviese el menor sufrimiento de un animal.

J.H.: Se negaba a la pornografía gratis, no justificada por el contexto.



La famosa escena de orgía no refleja una visión muy alegre de la sexualidad ...

C. K.: No juzgaba a las personas, no creo que  le hubiese gustado ser descrito como un moralista, incluso si él consideraba el matrimonio como una cosa difícil que requiere una cierta disciplina.



De todos los rumores acerca de él ¿ cual fue el que lo puso más histérico?

C. K.: uno que afirmó que estaba clínicamente loco. También se dijo que no le gustaban las mujeres. Algunos periodistas son realmente estúpidos. Uno de ellos me preguntó recientemente si yo tenía sueños eróticos ...



Kubrick emerge como alguien obsesionado con el autocontrol. Habrá, al menos a finales los años sesenta, experimentado drogas alucinógenas?

C. K.: Estaba en contra de la idea de que las cosas parecieran más bellas de lo que realmente son, y quería mantener su espíritu crítico sobre todo en el trabajo. La vista de un actor o un artista con un rendimiento pobre debido a diversos abusos, despertaba el hijo del médico que dormía en él. Él fumó  petardos dos o tres veces, pero nada más.





¿Por qué decidió hablar de él después de su muerte?

C. K.: En vida, creía que todos los horrores que se escribieron sobre él eran el  precio a pagar para poder continuar a dedicarse a su arte. Pero al final de su vida, él quería que el mundo le viese tal como él era: un hombre encantador y feliz.