31 de octubre de 2011

STANLEY KUBRICK fan de INGMAN BERGMAN!


TCM  publica una carta en su web que de seguro dará que hablar entre nosotros, seguidores de Kubrick.
Kubrick, con 31 años, con tres largometrajes a cuestas (El beso del asesino, Atraco perfecto y Senderos de gloria) y con uno por venir (Espartaco) redacta y dirige una carta de admiración y respeto al gran director sueco Ingman BermanDetalle mas que probatorio de la humanidad cinematográfica de Kubrick y prueba de su total amor por el cine y sus hacedores, sentimiento ya expresado por sus allegados más cercanos, pero sin "prueba" alguna, hasta hoy.

No sabemos si hubo respuesta del director escandinavo pero no resultaría raro encontrarla.

Resalta el membrete de la hoja, propiedad del estudio United International Pictures.






Estimado Señor Bergman:

Usted ha sido tan aclamado y ha tenido tanto éxito en todo el mundo que, muy probablemente, esta nota le resulte completamente innecesaria. Sin embargo, deseo mostrarle mi elogio y mi gratitud como compañero de trabajo en el campo de la dirección cinematográfica por la contribución intempestiva y brillante que ha hecho usted al mundo con sus películas (nunca he estado en Suecia y nunca he tenido el placer de ver su trabajo en teatro). Su visión de la vida me ha conmovido profundamente, mucho más profundamente que en cualquiera de las películas que haya visto. Pienso que usted es el mejor director de cine que hay en la actualidad. Y más allá de eso, me permito decir que sus películas no han sido superadas por nadie en cuanto a la creación del estado de ánimo de los personajes, la creación de la atmósfera, la sutileza de las actuaciones, sortear lo obvio, la verosimilitud e integridad de la caracterización de los personajes. A esto hay que añadir todo lo que se requiere para la realización de una película. Creo que ha sido bendecido con actores increíbles. Max von Sydow y Ingrid Thulin habitan vívidamente en mi memoria, y hay otros increíbles actores que pertenecen a su compañía y cuyos nombres se escapan. Ojalá usted y todos ellos tengan la mejor de las suertes, y yo estaré esperando con entusiasmo cada una de sus películas.


Saludos cordiales,
Stanley Kubrick


Fuente: http://www.canaltcm.com/escritopor/post/2011/10/29/stanley-fan-fatal




PD: Mi amigo ibérico Aragüéz también publicó este documento con un  texto mejor y más detallado al respecto del mío. Lo copio por que acepto mi flojera de no querer ni tener ganas de investigar al momento de mi post (estaba en rodaje... :(.. y pues, era TCM...!)...errar es de kubrickianos también.

Aragüéz:

"Creo que la importancia no está tanto en, como insisten en el blog la "humanización" de Kubrick, lo cual me parece una tontería en un hombre que tenía mujer, dos hijas, perros, gatos, vivía en el campo y trabajaba codo con codo con su familia y más allegados - ¿qué hay de "anti humano" en eso? - ; sino que lo que realmente importa es la visión que ofrece Kubrick en la carta. Es una visión de juventud - que no infantil - del mundo del cine (la escribió en 1960) y que evidencia claramente la etapa creativa en la que se encontraba: Había terminado Espartaco, todavía no había hechoLolita ni Teléfono Rojo, sino que estaba en la época en que todavía trataba de hacer grandes films de Hollywood. Seguramente escribió la carta (es de febrero) uno meses antes de recoger el testigo de Peckinpah y ponerse a discutir con Brando el guión deEl rostro impenetrable, para abandonarlo finalmente y encaminarse hacia films personales (Lolita, Teléfono Rojo) y trasladarse a Inglaterra de por vida. Ni es casual que firme escriba la carta con papel oficial de Universal Studios, quizá para que Bergman no desechase la carta con facilidad, quizá porque como dice en su carta, y también deja vislumbrar su deseo de ser considerado un director importante - como lo fue Bergman - y que quizá es lo que le llevó a realizar films más personales de ahí en adelante (de Lolita a Eyes Wide Shut, la elección de sus películas fue muy distinta que las del principio de su carrera).

Si ya en Senderos de Gloria, había dado un giro radical para desmarcarse de lo que había hecho hasta ahora, Espartaco y El rostro impenetrable terminaron con el sueño de hacer las películas que él quería hacer en Hollywood y esta carta a Bergman expone claramente las aspiraciones de un joven Kubrick que quiere hacer otras películas. Como dice en la carta, ni ha estado en Suecia ni conoce el sueco (no se queda con los nombres de los actores secundarios), pero sabía que en Hollywood no podría hacer lo que hizo luego. Inglaterra era una opción mucho más factible que Suecia y, muy probablemente, directores como Bergman inspiraron a un joven Kubrick que no quería seguir trabajando para estrellas (Kirk Douglas, Marlon Brando), sino que quería trabajar con la mayor independencia para sí mismo y convertirse en el mayor cineasta: haciendo de su vida el trabajo, y el trabajo construyendo su vida.

Gracias al blog de TCM por arrojar luz sobre un documento tan curioso como éste."

23 de octubre de 2011

LA VECINA NUNCA VIO A KUBRICK.





Recluido en su mansión inglesa, vivió al ritmo de Estados Unidos.


The New York Times Magazine 1999. Peter Bogdanovich.
El Miércoles, 15 de septiembre 1999
Traducción del inglés por François SERGENT. Del francés al castellano por Raúl Lino-Villanueva.


Stanley Kubrick salía tan raras veces de su propiedad que un desconocido pudo por meses hacerse pasar por él.

En las palabras de la vecina más próxima de Kubrick, acostumbrada a las preguntas de los fans y la prensa, "vivía una vida muy muy privada." La vecina que nunca vio a Kubrick en las calles de St. Albans, la ciudad más cercana al castillo, una ciudad que oscila entre el campo y los barrios extremos de Londres. "Ni en las tiendas o en restaurantes o en los bares", se ríe, divertida ante la idea de ver a su famoso vecino mezclarse con la gente común. "Nunca tuvimos una queja de él, pero él no vivía una vida ordinaria." Ella lo veía de vez en cuando en su coche -"un poco más a menudo cuando filmaba una película", siempre conducido por un chofer. ”me hacía una pequeña señal, pero no sé si me reconocía, o si reconocía a mi perro, él amaba mucho a los animales."

Kubrick tenía una buena vida desde hace más de veinte años en St. Albans, casi nunca salía de su dominio en Childwickbury, nunca había hecho de Inglaterra su país. El director salió tan poco de su castillo que un inglés, Alan Conway, que no se parecía ni siquiera remotamente a Kubrick, fue capaz durante meses hacerse pasar por el maestro. El impostor fue capaz de engañar a los mejores clubes y restaurantes de Londres, haciéndose incluso invitar por un crítico del New York Times que descubrió el fraude mediante la verificación de las afirmaciones increíbles de Conway con la Warner. El usurpador, también homosexual, había venido a cenar con jóvenes, y el periodista del Times había pensado que Kubrick se había convertido en gay. La historia habría divertido un montón a Kubrick.


John Malkovich en el papel de Alan Conway (Colour Me Kubrick: A True...ish Story )Canal+. 2006 


Ermita

En una rara confidencias, el director había opinado sobre su exilio británico. "Como soy un director, tengo que vivir en un centro de producción de habla inglesa, sea Los Angeles o Nueva York o Londres. Me encanta Nueva York, pero sus capacidades de rodaje son más bajos que en Londres, Hollywood es mejor, pero yo no quiero vivir ahí, me gusta estar lejos de todas esas personas vacías de Hollywood." Es así que este nativo del Bronx, pilar de Nueva York, vino a encerrarse en el campo inglés, verde y tranquilo, triste y con encanto. 

Otra de las ventajas de la ermita, su proximidad a los principales estudios londinenses de Shepperton y Elstree, a menos de una hora en coche desde St. Albans. Una ventaja sagrada para Kubrick. Obsesionado con la seguridad, dejó de volar en los años 70 y pidió a sus conductores de no conducir a más de 60 km / h. Su esposa Christiane, una pintor, explicó también que ella prefería la tranquilidad de St. Albans para sus tres hijas, todas criadas en el Reino Unido. "Mi casa es una prefecta fábrica de familia", había confesado. 
Varios de sus cuadros revelan un tranquilo Kubrick padre de familia jugando con sus hijas, sus gatos y perros. En palabras de uno de sus biógrafos, Vicente LoBrutto, "estas pinturas muestran Stanley a través de los ojos de alguien que lo conoce mucho más allá de la imagen del creador solitario, y misántropo obsesionado". Si Kubrick pertenece a la raza de los grandes excluidos, como Pynchon, Salinger o Greta Garbo, no fue un Dr. Strangelove, encerrado en sus sueños y fantasías. 
El escritor Michael Herr, autor de Despachos y co-guionista de Full Metal Jacket, cuenta: "Él fue uno de los más hombres más sociables que he conocido, pero su convivialidad pasaba través del teléfono." Herr considera su cooperación con Kubrick como "una conversación telefónica de tres años." Para Spielberg, "le decían ermitaño porque él no hablaba con la prensa, pero se comunicaba con más gente que nadie; cuando hablamos por teléfono, conversabamos durante horas, estaba en constante contacto con cientos de personas. "

El trabajo nocturno

Llamadas de teléfono legendarias, a partir de cualquier momento del día o de noche, con "aquí Stanley" como si sólo hubiera uno. Viviendo en una Europa que no le interesaba, necesitaba de sus contactos con los Estados Unidos. Trabajando por la noche para mantener el ritmo con las horas de EE.UU., esperando que sus amigos, colegas o empleados se despertien en Hollywood. "Stanley no vivía en Inglaterra no porque no le gustaba Estados Unidos, escribió Michael Herr, Santo Dios, si hablaba sin cesar, estaba en su cabeza, en su sangre, ni siquiera estoy seguro de que él sabía que no vivía en los Estados Unidos, incluso si no había regresado desde 1968."

La obsesión con los Estados Unidos

Jack Nicholson le dijo a un reportero que tenía conversaciones telefónicas diarias con Stanley en 1995. "Para una película?" "No, él quería saber cada noche lo que había pasado el juicio de OJ Simpson." Su obsesión con los Estados Unidos le hacía recibir por envío especial cotidiano su amado Nueva York Times, que leía con una atención formidable. Una vez Kubrick despertó en plena noche a uno de los productores de la Warner de Nueva York debido a que el New York Times había olvidado de imprimir el período de sesiones 13 h 30 de The Shining en una sala de cine en Manhattan. 

La altura de su fama y el deseo de cualquier actor o guionista para trabajar con una de las últimas leyendas del siglo, impuso manías en su personal, todos obligados a ir a verlo en su castillo. Kidman y Cruise llegaron un día sobre el césped del "Castillo de Kubrick", en helicóptero y no salieron de Londres durante dos años, obligados a vivir cerca del maestro. 
Frederic Raphael, guionista de Eyes Wide Shut, habla de las largas horas con Kubrick, retomando constantemente el guión, llamandolo a cualquier hora, incluyendo el día de Navidad. Raphael, en su testimonio, describe una casa enteramente dedicada al cine con un ala del castillo transformado en un estudio. Kubrick vivía rodeado de televisores, de por lo menos cinco computadoras encendidas permanentemente, varios radios de onda corta y las colecciones gigantescas de periódicos, libros y cintas de vídeo. El creador de mega-producciones  lentas y largas como Barry Lyndon o 2001, dice su biógrafo, LoBrutto, amaba los spots publicitarios de treinta segundos, sobre todo los comerciales de cerveza Michelob. "Algunos de los ejemplos más espectaculares de películas son los mejores comerciales de TV", había confesado a la revista Rolling Stone.