28 de diciembre de 2010

TOM CRUISE SOBRE EYES WIDE SHUT


En su edición de septiembre 99 (núm. 27), la revista Ciné Live publica una entrevista con Tom Cruise sobre el rodaje de Eyes Wide Shut.


Entrevista por Chaillet Jean-Paul.






Ciné Live: ¿Esperaba un tal impacto durante la emisión del primer teaser de noventa segundos de Eyes Wide Shut, donde se le a ve torso desnudo besando a Nicole Kidman?
Tom Cruise: En realidad no, no. Stanley Kubrick me envió este fragmento de la película por la que me informaba que había decidido usarlo como un teaser (trailer). Miré y admito que entonces sentí una especie de shock. No es lo mismo filmar    tal secuencia en la intimidad de un estudio con  Stanley a la cámara y con tu  esposa como compañera de actuación, y luego ver todo eso en una pantalla. Pero quiero decir de entrada que hacer de esta película fue un honor para mí. Es una oportunidad única para cualquier actor de verse ofrecer este tipo de personaje.



¿En qué estado de ánimo estaba UD. antes de empezar a rodar?
Un poco ansioso. Nunca tuve que encarnar un personaje tan introvertido. Pero eso es lo que quería Stanley. Por lo tanto, era a la vez un gran reto y una gran experiencia. Y a lo largo del rodaje, Stanley se mostró muy comprensivo conmigo, con una paciencia infinita.



¿Estar casado con Nicole Kidman y encarnar también una pareja casada en Eyes Wide Shut hizo las cosas más fáciles o, por el contrario, filmando sus escenas en común se hizo más incómodo el rodaje?
En cuanto a la escena de amor con Nicole, la del tráiler, fue muy fácil. A su vez grabar esta película con ella sin duda ha ayudado a superar muchas dificultades. Sin evitar totalmente algunas fricciones y confrontaciones inherentes a las propias escenas. Creo que lo que nos ayudó a superar estas dificultades, es justamente el hecho de estar casados, de conocernos tan bien y  no tener problemas de comunicación entre nosotros.





La filmación de Eyes Wide Shut ha durado más de un año y medio. ¿Ha sido una experiencia difícil como actor?
No voy a negar que ha habido períodos de tensión, y otros en los que fue difícil, incluso muy duro. Usted sabe, cuando uno graba seis días a la semana, es inevitable, especialmente porque he trabajado todos los días, excepto aquellos en los que Stanley estaba filmando escenas de Nicole con el oficial de marina, o los de principios del rodaje. Es cierto, me tocó conocer momentos en los que estaba nerviosamente agotado. En esos momentos, nos tomamos el tiempo para reconfortarnos mutuamente

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Eyes Wide Shut es la tercera película que ha grabado junto a Nicole después de Días de trueno (Days of thunder) y Horizontes lejanos (Far and away). ¿Ha habido en ella un cambió como actriz?

En especial me parece que la experiencia de Eyes Wide Shut me ayudó a comprenderla  mejor. Sigue siendo un gran misterio para mí, pero es también muy emocionante compartir la vida de alguien y descubrirle facetas desconocidas. Nunca sabemos en el fondo quien es realmente la persona  ... Sin ser un experto en el tema, creo que es también la pregunta formulada por Stanley en su película, mientras que invita al público a participar. Incluso en su forma de filmar, busca provocar una reacción en el espectador.




Eyes Wide Shut está destinada a ser una película inquietante, que explora algunas fantasías ...Básicamente, la película trata sobre los celos y obsesión sexual. Dos temas que se prestan a la discusión. Stanley había entendido y fue muy claro en esto: la gente suele tener una doble personalidad, un poco como cuando se pasa de la oscuridad a la luz, y viceversa, permanentemente. ¿Es UD, celoso, por ejemplo?
No. Tengo suerte supongo. En cuanto a los celos en el plano profesional, es algo que nunca ha cruzado mi mente. En cambio, con Nicole, su prestación me interesa, me estimula tanto como mi propio papel. Recuerde que Nicole era conocida y ha tenido éxito en Australia antes de enamorarme de ella. Y nunca se tomaba la molestia de la importancia de mi éxito, de mi fama. Nuestras relaciones nunca han fracasado tampoco por la disparidad de la magnitud de nuestros respectivos papeles. Nicole tiene un talento propio, único y singular, y una confianza en ella que le da la capacidad de explorar todo tipo de personajes como artista.




Segú UD., ¿Qué tipo de cineasta es Kubrick?
Stanley es capaz de generar atención para alcanzar sus metas, tanto en el plató como con el público. Él sabe cómo hacer las preguntas necesarias para llegar a eso, "pintando su paisaje", con un mínimo de pintura. Esto le permite al público de sobreponer sus propias referencias y preguntas de estos temas universales. Stanley filmó con una abertura en 1.85, lo que da una profundidad de campo tal que el espectador tiene a menudo la impresión de no estar delante de una pantalla, sino casi en el interior del decorado de una escena. Stanley ha explorado cada uno de estos aspectos. Las preguntas que se plantean en la película, él mismo se las ha preguntado porque estaba buscando la respuesta. Para mí, Eyes Wide Shut refleja su vida y su cuestionamiento, tal vez incluso más de lo que podemos imaginar ...





¿Qué le ha encontrado diferente de otros directores con los que UD. Ha trabajado?
Todos los directores son obviamente diferentes y, además, cada película es diferente. Por lo tanto es difícil comparar Stanley a cualquier persona de una manera justa. Creo que un actor debe encontrar un lenguaje común con el director para que ambos estén seguros de estar constantemente en la misma longitud de onda. Stanley nunca ha tratado de imponerme nada. Incluso hoy en día, es difícil explicar exactamente el proceso de creación con él.


En los Estados Unidos, sesenta y cinco segundos de la escena de orgía de la película tuvieron que ser alteradas digitalmente por razones de censura...
Stanley había insistido en que no se cortara nada del montaje final. Así que esa fue la solución que había resuelto para  satisfacer a la censura. Para darle un ejemplo, yo tenía 7 años cuando vi 2001, una odisea del espacio por primera vez. Creo que si tuviera 14, 15 años hoy, me gustaría que mis padres me dejen ir a ver Eyes Wide Shut. Por que es necesariamente experiencia diferente para alguien de esa edad. Para volver a la censura, no estoy de acuerdo con ella. Para Stanley, el sexo es una metáfora, pero el problema no está ahí porque en realidad no es el tema de la película. La escena de la orgía es una secuencia esencial, pero no debe ser considerada para la dinámica emocional de la película, ni como un punto convergente.




¿Usted se ha visto obligado, debido a la duración de la filmación, rechazar papeles que ahora lamenta?
Escuche, yo no voy a quejarme: en mi carrera, tuve la oportunidad increíble de trabajar con Stanley Kubrick y hoy en día con Steven Spielberg. Steven es un viejo amigo, he visto todas sus películas, hablé con él y estoy deseando empezar el rodaje de Minority Report. Lo que busco como actor, es precisamente este tipo de oportunidades. Soy plenamente consciente de que mi corta carrera, solo podré grabar una cantidad de películas. Por lo tanto, quiero que todos sean una experiencia interesante. Eso no quiere decir que espero que cada vez que una experiencia idílica. Pero me resulta fascinante rodar una película, la creación de personajes e involucrarse en sus vidas. Así que no me importa cuánto tiempo tome. El caso de Stanley sigue siendo excepcional, pero era su manera de hacer una película y yo quería rodar con él. Y esta película también fue un gran regalo para Nicole, así que nunca he estado frustrado con la idea de que me podía faltar algo, no es con esta mentalidad que yo hago películas. Y además, poco importa como la crítica lo percibe: siempre me queda al experiencia de haberla grabado, y eso no tiene precio.



Traducción del francés por Raúl Lino Villanueva.

26 de octubre de 2010

STANLEY ERA RIDÍCULAMENTE OPTIMISTA


"Stanley era ridículamente optimista"
Contado por sus familiares, incluyendo a su viuda, el cineasta aparece a las antípodas del monstruo paranoico descrito por la prensa sensacionalista. Eyes  Wide Shut es su último respiro cinematográfico.




Por Eric Dahan (Enviado Especial a St. Albans para el periódico Liberation, France.)
Traducido del francés por Raúl Lino vuillanueva  

Son casi 12h 30pm cuando cruzamos la primera barrera electrónica del verde inmenso de St Albans (a una hora de Londres), donde Stanley Kubrick se había establecido en los años sesenta con su tercera esposa, Christiane Harlan y sus tres hijas. Didier de Cottignies, amigo personal del cineasta desde 1980, y por su posición en la industria de la grabación clásica, asesor musical acreditado en la banda sonora de la película, dice: "En los tiempos de Stanley, no era suficiente presionar el botón rojo, uno se debía anunciar ante el intercomunicador."

La segunda valla eléctrica pasada, soy sorprendido por la magnificencia de los parques verdes, la profusión de flores que rodean la mansión enorme. Protegido por una lona, el camión frigorífico que contiene las imágenes de Eyes Wide Shut. En el interior, la casa consta de una serie de habitaciones, lavandería, decorado con pinturas incluyendo las de Christiane Kubrick. En una de las habitaciones convertida en una oficina,  reina un desorden tranquilizador. La familia proporciona y asegura el servicio post-venta sin peroratas, por el respeto al maestro, esposo y padre desaparecido. Anya Kubrick confirma: la máscara veneciana colgando despreocupadamente de una aplicación eléctrica en la pared, es el usado por Tom Cruise durante la escena de orgía infame. Aprovechamos la oportunidad para preguntarle a quemarropa si su padre tenía episodios místicos o de meditación, y ella se parte en carcajada: "Mi padre, un místico? Pasó su tiempo viendo la televisión! " 

                                                 Anya Kubrick

Encontramos a la viuda Kubrick en la gran cocina, como un invernadero, antes de convocar al pequeño grupo en un parque, protegido del resplandor del sol con una lona. 
Christiane Kubrick vestida de blanco, alimenta a los peces en un estanque lleno de nenúfares, a pocos metros del árbol bajo el cual descansa eternamente, con guijarros simple como una estela, "el recluso misterioso" que dio al mundo 2001, La naranja mecánica y El resplandor. A la mención de las fiestas regulares que daba el director para cerca de 500 personas en su parque, resulta difícil de creer el mito fabricado por los tabloides, de un paranoico antisocial que llevaba, entre otras mentiras, un casco en su coche. Stanley Kubrick fue un artista que se dió los medios para trabajar de forma independiente y en casa, y que, podemos deducir, prefirió reunirse con sus amigos en casa en lugar de ser empujado por desconocidos en los restaurantes o discotecas de moda. "Las únicas personas a las que no quería hablar eran  los periodistas", dice Christiane, y agrega “esto por una sencilla razón: no quería echar a perder la sorpresa y el impacto de sus películas, o parasitar su existencia con un discurso . En total, habló con la prensa siete veces."




Durante la hora en la que estamos hablando con Christiane, sus tres hijas, Didier de Cottignies y Jan Harlan, productor ejecutivo de Kubrick desde Barry Lyndon, una docena de perros saltan en todas direcciones. Intentamos una primera aproximación:


Si Eyes Wide Shut expresa la verdad última de Kubrick, parece ser la de un hombre de absoluta lucidez, incluso cruel con  la existencia humana, pero a la vez con una infinita compasión

Christiane Kubrick: El director de cine documental Tony Palmer me envió una carta en la que expresa de forma magnífica, lo que yo también creo de la película, lo que es la descripción comprensiva de una pareja: ni pesimista, ni optimista , honesto. En su vida privada, Stanley estaba lleno de  energía, ridículamente optimista. Podía explotar de ira, a veces, pero no estaba nunca de mal humor, como algunos. Tenía esta película en mente desde hacía treinta años, estaba enamorado de el libro de Schnitzler. Creo que estaba feliz de haberlo  hecho cuando era más viejo y sabía más sobre la vida.

Jan Harlan: El matrimonio es un trío. Hombre, mujer, y el vínculo frágil que los une  y debe ser tratado como un jardín, con infinita delicadeza.
Anya Kubrick: Que se trate de monogamia gay o heterosexual, es lo mismo: hay que dar espacio y confianza.



Su afición por los actores de Hollywood sin “peso”, pienso  sobre todo en Ryan O'Neal en Barry Lyndon , venía del hecho de que necesitaba manipular a los actores a su voluntad?

C. K. Ryan O'Neal es un actor excepcional. En cuanto a Tom Cruise y Nicole Kidman, son hermosos, ricos, perfectos, son modelos a lo que gente quiere parecerse. Lo que Stanley quería decir con ellos, es que estas personas que tienen éxito en todo y que sin embargo pasan por un montón de confusión, sólo tienden a culparse. Como siempre, había visto todas sus películas antes de contratarlos. Tuvo un gran afecto por Tom Cruise y hasta le enseñó a usar una cámara fotográfica. Él se veía como un abuelo cariñoso, pero puede que muy exigente debido a la diferencia de edad.



Algunos piensan que Eyes Wide Shut es su obra más arriesgada, menos formalista, más generosa ¿Kubrick estaba emocionado al hacerla?

C. K.: El siempre consideraba que la película que estaba haciendo era la mejor para él y era muy crítico en relación con  sus primeros largometrajes que él encontraba inmaduros. Me impedía verlos.



La extraña sensación que produce la película es el  de un rebelde ordenado, componiendo una canción de amor a la monogamia, al mismo tiempo que molesta e incomoda a la burguesía.

J. H. : ¿Un rebelde? El era todo lo que había de más sociable. Era un dictador entusiasta  que consultaba muchas persona en el foro antes de tomar una decisión impresionante. Ciertamente, no permitía que la gente de Hollywood le dicten la edición de su película, pero no era rebelde, amaba las buenas historias para contar.

Christiane y Anya Kubrick: Le daba oportunidad  a todo el mundo, él siempre veía todo, hasta películas como White Men Can't Jump con Wesley Snipes y Woody Harrelson,  le gustaba igualmente Oliver Stone, Woody Allen, Bergman o Fellini . Amaba la complejidad de Buster Keaton y Pulp Fiction, y tenía una pasión culposa por las películas con gran show sobre la Segunda Guerra Mundial. Pasó su infancia en la construcción de aviones para jugar a la guerra.





¿Tenía algún tabú o a prioris morales ?

La familia unánime: Se negaba a rodar una escena que contuviese el menor sufrimiento de un animal.

J.H.: Se negaba a la pornografía gratis, no justificada por el contexto.



La famosa escena de orgía no refleja una visión muy alegre de la sexualidad ...

C. K.: No juzgaba a las personas, no creo que  le hubiese gustado ser descrito como un moralista, incluso si él consideraba el matrimonio como una cosa difícil que requiere una cierta disciplina.



De todos los rumores acerca de él ¿ cual fue el que lo puso más histérico?

C. K.: uno que afirmó que estaba clínicamente loco. También se dijo que no le gustaban las mujeres. Algunos periodistas son realmente estúpidos. Uno de ellos me preguntó recientemente si yo tenía sueños eróticos ...



Kubrick emerge como alguien obsesionado con el autocontrol. Habrá, al menos a finales los años sesenta, experimentado drogas alucinógenas?

C. K.: Estaba en contra de la idea de que las cosas parecieran más bellas de lo que realmente son, y quería mantener su espíritu crítico sobre todo en el trabajo. La vista de un actor o un artista con un rendimiento pobre debido a diversos abusos, despertaba el hijo del médico que dormía en él. Él fumó  petardos dos o tres veces, pero nada más.





¿Por qué decidió hablar de él después de su muerte?

C. K.: En vida, creía que todos los horrores que se escribieron sobre él eran el  precio a pagar para poder continuar a dedicarse a su arte. Pero al final de su vida, él quería que el mundo le viese tal como él era: un hombre encantador y feliz.


1 de septiembre de 2010

EMILIO D'ALESSANDRO: LO CONOCÍA BIEN



LO CONOCÍA BIEN


por Piero Calderoni
De Cassino a Londres: una vida dedicada en el entorno de Stanley Kubrick.


Emilio D'Alessandro (1941)








En 1960 el jóven Emilio D'Alessandro salió de Italia para evitar el servicio militar obligatorio y se encontró en Londres trabajando como chofer de un tal Sr. Kubrick. Tarbajó con el gran director durante 30 años,convirtiéndose en uno de sus mejores amigos y confidentes.

Quien haya visto Eyes Wide Shut, probablemente lo recuerda: el vendedor de periódicos que le vende el diario de Tom Cruise. Una pequeña parte, seguro. Sin embargo, detrás de esa aparición en la última película de Stanley Kubrick se encuentra la historia de una larga, y no tan conocida, amistad. El nombre de ese “vendedor de periódicos ", de hecho, es Emilio D'Alessandro, nacido en Cassino, un pequeño pueblo entre Roma y Nápoles, hace 59 años, de los cuales pasó treinta de su vida al lado del gran director (quien falleció un domingo, 07 de marzo 1999). Trabajó primero como chofer y después como ayudante, y finalmente como secretario, confidente y amigo.  Ahora D'Alessandro regresó a vivir en Cassino, en un hermoso chalet de dos pisos pequeños, inmersos en el campo. 

En las paredes de su cocina cuelgan un par de fotos enmarcadas de D'Alessandro con la familia de Kubrick en su jardín en St. Albans, cerca de Londres. En el refrigerador, una foto de Nicole Kidman en el set, y otra de los últimos Rolls-Royce él condujo para Kubrick. La esposa inglesa de D'Alessandro,  Janette,  nos ofrece café y pastas, al tiempo que él abre un álbum enorme lleno de fotografías,  pasa las páginas y nos cuenta sus historias ...

"Era 1960. Yo tenía 19 años, fue aquí en Cassino, y tenía mucho miedo de ir al servicio militar: las marchas, las armas ... preferí huir a Inglaterra con unos amigos. Después de algún tiempo, en Londres, la policía se nos acercó y dijo: 'Si vas a Italia terminarás en la cárcel, pero si te quedas aquí usted tiene que encontrar un trabajo' ... No había mucho de donde elegir.  En 1962 se casó con Janette, y el trabajo iba bien. Desde siempre había tenido una pasión por los coches (que también corrió), fue admitido como el conductor de taxi de una pequeña compañía.

Un buen día, recuerda, en 1970, había nevado en Londres y había hielo en todas partes. Me dijeron que tenía que transportar un objeto grande de un lado de la ciudad a la otra. Yo iba en un cobertizo y , para mi sorpresa, descubrí que estaba llevando un enorme  fallus que luego entregué al equipo de la película La Naranja Mecánica. Fue la primera vez que trabajé, sin saberlo, para la sociedad del Sr. Kubrick. Algún tiempo más tarde me llamaron de Abbots Mead, en esa época la casa de Stanley Kubrick, a Elstree Herts, una zona de las afueras de Londres, donde estaban los estudios cinematográficos. Kubrick sostenía en la mano un recorte de periódico en el que había una historia de mis días como piloto, y él me preguntó si quería trabajar para él. Tendría que conducir su coche, un Mercedes blanco hermoso. Yo sólo había visto carros como el de las películas y quedé muy impresionado por su oferta de lujo. Sin embargo, me dí cuenta que no era un convertible y le pregunté por qué. Me contestó que tenía una pesadilla recurrente: un accidente de coche, el coche se volcó y el murió porque no había techo arriba!

Ese primer encuentro con Kubrick dejó una impresión indeleble en Emilio, otro día fuerte, de un hombre tranquilo que nunca gritó. ("Si Kubrick tuviera que decirte algo, nunca se lo diría a usted en el calor del momento, sino que dejaría pasar unos días y luego abordaría el tema, para que UD sepa que él estuvo pensando en ello."). Pero era también inseguro, un hombre solitario, lleno de temores, sobre todo en sus relaciones con otras personas. Aquí hay otro episodio: "En 1975 comenzaron los scoutings de Barry Lyndon y empecé a conducir para Stanley. Llegamos a conocernos mejor.  Me gustaba porque era calmado, y como él, yo no bebía, no era un hombre mujeriego - yo estaba felizmente casado con Janette ... Ordenó que me quede con los actores, los lleve a donde tenía que ir, recogerlos en el aeropuerto, que vean donde estarían alojados. Yo era la primera persona que conocían a su llegada. Kubrick, siempre inseguro y desconfiado, me pidió que les preguntara ciertas cosas para saber lo que realmente ellos pensaban de él, qué tipo de comentarios harían.  
D'Alessandro hace otra pausa, toma un sorbo de té y luego añade con una sonrisa maliciosa: "Ryan O'Neal y Marisa Berenson estaban asustados! Ella, en el coche, me dijo que entre los actores Kubrick tenía una reputación de director brusco. La tranquilizé. Paramos a comer en un restocamión en el camino. Tan pronto como entramos hubo un silbido de admiración. Nosotros no respondimos. Comimos sándwiches con queso excelente y nos fuimos. Otro silbido mas. Cuando llegamos al set, Kubrick se acercó a mí temeroso pensando que Berenson tenía hambre. Le dije que ya habíamos comido. Él se sorprendió: ¿pero qué es esto?, dijo, con todo el dinero que me hacen gastar, comen pan y queso con usted! Pero estaba satisfecho con mi iniciativa. "

D'Alessandro en ese momento ya no era sólo el chofer de Kubrick, sino también su asistente. Fue la única persona autorizada a entrar a su oficina personal ("Nunca debe faltar plumas, tinta, o libro de notas."), hacía las compras (“Stanley sólo comía carne, así que tenía que comprar dos filetes por día : una para él y otro para su perro. Luego, cuando hubo un rumor porque no sé qué tipo de virus, sólo comía salmón! ") y cuidaba a los animales que tanto adoraban los Kubrick, los perros y gatos en particular. "Si uno de sus perros estaba enfermo, tenía que llamar al veterinario, quien a su vez tenía que venir a la casa de Kubrick hasta que el animal comenzara a mejorar ... Su gato favorito solía dormir en una pequeña habitación climatizada y tenía que llevar agua Evian y hierba fresca para que comiera todas las mañanas. "



Una foto de grupo en el jardín de la villa en St. Albans: (de izquierda), Christiane, Jan Harlan, Stanley, Emilio y Epaminondas Andros, y dos de los más queridos perros. 1994.


Cuando Kubrick no estaba en casa, el trabajo de Emilio era dejarle una lista de tareas y citas por escrito en un pedazo de papel en un sobre cerrado. De lo contrario Kubrick pasaba sus días con su pasatiempo favorito: jugar al ajedrez. Despiadados partidos en que él quería absolutamente no perder. "Si tenía alguna duda, él se pegaba al teléfono, pidiendo a un amigo experto para que le asesore sobre la mejor jugada." Otra de las pasiones de Kubrick ("una    verdadera manía", según D'Alessandro) era ver a todos las películas recientemente estrenadas: "Todas las semanas veía tres o cuatro películas que nosotros (el asistente griego Andros Epaminondas y yo) proyectábamos para él. A él le gustaban las películas de guerra, por lo que, creo, su película favorita era Senderos de Gloria, con Kirk Douglas. Recuerdo una película que le gustaba en el que Dean Martin canta la famosa canción That's Amore! que en un momento dado decía: "Pasta e fasuli”. Kubrick me preguntó lo que significaba, y cuando le expliqué que era un plato italiano me dijo de inmediato que lo cocinara para él. Y entonces se dio cuenta de que la pasta era fácil de cocinar; simplemente nunca se cansó de comerlo. Su plato favorito era la pasta alla Bolognese, con chorizo! "

Kubrick rara vez salía de su casa, y cuando lo hacía era para ir a conciertos en el Albert Royal Hall, o cuando su hija Vivian estaba dando un concierto. "A él le gustaba tocar la batería, en casa, solo o con amigos. Intentó también con una batería electrónica,  que se toca sólo con la pulsación de un botón, pero una vez me dijo, sonriendo, que él prefería usar palillos en lugar de estar pulsando botones. Su última batería fue un regalo de su hija Vivian. Por desgracia, no tuvo tiempo suficiente para usarla... "

Kubrick nunca visitaba a muchas personas, no era de muchos amigos. Una vez tuvo una oportunidad para verlos, fue 05 de noviembre, en el día de Guy Fawkes  y un día de fiesta nacional que el pueblo de la zona de San Albano celebra con fuegos artificiales fantásticos. "Stanley hablaba muy a menudo con sólo unas pocas personas: Jack Nicholson y Ryan O'Neal, cuya hija Tatum jugaba con las hijas de Kubrick. Cuando hizo 2001: Una odisea del espacio, vio a George C. Scott y Peter Sellers muy a menudo. Y también le gustaba mucho Ennio Morricone y Nino Rota. En ese momento se hizo amigo de George Lucas y luego fue Steven Spielberg. Últimamente Tom Cruise ... repito, cuando tenía que hablar con alguien, lo hacía a través del teléfono . Él y Federico Fellini, por ejemplo, escuchaban cosas el uno del otro con mucha frecuencia, porque como Kubrick no hablaba ni una palabra de italiano yo le hacía de intérprete!”. Kubrick era curioso. “Me hacía preguntarle a Fellini cómo había filmado una escena específica. Ellos compartieron sus opiniones sobre las películas italianas ... Otro director al que le había echado el ojo era Spielberg. Los dos estaban constantemente en contacto. Y de vez en cuando, con la excusa de llevarle una tarjeta de felicitación, Kubrick me mandaba al set de Parque Jurásico, que Spielberg estaba rodando. En realidad, él me enviaba al rodaje para ver cómo iba  o si Spielberg había tomado en cuenta el consejo que Kubrick le había dado por teléfono. "

En 1980, Stanley Kubrick estaba de hecho muy ocupado, con Jack Nicholson y Shelley Duvall en el rodaje de El resplandor, por lo que suplicó a Emilio y Janette conducir para sus padres, invitados a Londres durante ese período: "Creo que logramos una buena impresión. Sus  padres fueron a Fortnum & Mason, y nos regalron un gran paquete lleno de dulces y todo tipo de golosinas. Kubrick estaba muy contento. Mi esposa Janette se había convertido en una especie de asistente personal para Christiane, la esposa de Kubrick. Después de las fiestas de Navidad iban juntas a comprar regalos para todos, y luego, en casa, envolvían  los regalos juntas. Janette también remendaba sus vestidos. Cuando los Kubrick, sin embargo, cuando necesitaban algo más especial, un vestido para ella, un traje para él, iban a Willie Rothary, uno de los diseñadores de vestuario para Barry Lyndon, quien trabajaba cerca de Windsor Castle y cosió incluso para la familia real. Stanley era así, siempre tratando de dar trabajo a las empresas de los amigos o de colaboradores. "

La amistad Emilio y Kubrick siguió creciendo, indisoluble, en señal de gratitud y respeto, Kubrick menciona a D'Alessandro como asistente de producción en los créditos de sus últimas tres películas: The Shining, Full metal Jacket, y Eyes Wide Shut. En 1974 Janette se recuperaba en el hospital, y D'Alessandro estaba muy ocupado con Kubrick, quien preparaba Barry Lyndon, no sabía qué hacer con sus hijos pequeños. "Kubrick me dijo:  no te preocupes,  traélos a nuestra casa, Christiane y yo nos encargaremos de ellos”. Estuvieron un mes en la casa de Kubrick! A  la primera comunión de nuestra hija Marisa, Stanley vino con toda su familia a nuestra casa para celebrar. Y entre amigos, amigos íntimos, no podía mantener un secreto, ni siquiera sobre el trabajo. Una vez, por ejemplo , me dijo que llevara a toda mi familia al set de The Shining,  para asistir al rodaje de la escena en la que el niño es perseguido en el laberinto por Nicholson con un hacha. "Va a ser divertido, lo prometo!" dijo. "

Incluso en los recuerdos de Emilio D'Alessandro, Kubrick se presenta como un perfeccionista en su trabajo. "Hacia el final de la realización de Barry Lyndon", Emilio recuerda: "Kubrick me dijo que tenía problemas con la música compuesta hasta ese momento." Así que llamó a Ennio Morricone. "Morricone era otro de los que temían a Kubrick. En el paseo en coche de costumbre desde el aeropuerto hasta la casa me preguntó si Kubrick era brusco. Yo lo tranquilizé, pero él me pidió que me quedara junto a él durante toda la entrevista. Al final de Barry Lyndon , Kubrick comenzó a pensar de nuevo en uno de sus antiguos proyectos, una película sobre Napoleón, insistiendo en que el vestuario de Barry Lyndon podría ser utilizado de nuevo por Napoleón. "

En 1978 los Kubrick se mudaban de su casa en Herts Elstree y se trasladaban a St. Albans ("Recuerdo que para decorar su nueva sala de estar, me pidió que baje el conjunto de la enorme mesa utilizada en The Shining."); Los D’Alessandro vivían muy cerca, en Edgware, a no más de dos kilómetros de distancia. "Fue en ese momento que Kubrick me pidió que trasladara a mi familia a su residencia. Podíamos elegir una de las casas rurales o, si preferíamos, podíamos mudarnos a la casa con él. Pero me negué. Si yo ya estaba  20 horas al día con él, le dije, imagínate si yo viviera en su casa ... confiaba sólo en mí. Yo tenía las llaves de sus dos oficinas personales, ni su mujer, ni siquiera la empresa de seguridad los tenía. Ni los funcionarios autorizados. Éramos sólo él y yo. "

En 1990, después de casi treinta años juntos, D'Alessandro le hizo saber a Kubrick  que en el plazo de cuatro años dejaría Londres y regresaría de manera permanente a Italia, a Cassino. "Yo le aconsejé que se busque a otra persona, pero él no tenía a ninguna otra. Sólo cuando vendí mi casa vino a mí y me dijo, 'Así que es verdad ... " Luego, con una serie de excusas y después de haber alquilado otro lugar para nosotros, él nos convenció de permanecer un año más. Finalmente, nos fuimos en el 94. En nuestra fiesta de despedida, invité a todos nuestros amigos más cercanos, la suya y la mía. Nosotros nos tomamos un montón de fotos. Todo era tan hermoso y conmovedor. Lloró. Yo también. Le dije que quería volver a Cassino, a mi propia casa, que quería volver a trabajar en un tractor. Me miró por un momento antes de pedirme, con toda seriedad: "¿Podrías poner un teléfono en tu tractor, para que te pueda llamar?"

Pero no todo estaba dado. "En 1996, Janette y yo fuimos a Londres para visitar a nuestros hijos, que se habían quedado allí. Kubrick nos invitó a cenar y me dijo:" Necesito ayuda durante seis semanas. " Me habló acerca de Eyes Wide Shut, sobre los actores, la historia. Sólo seis semanas, declaró. Acepté. Me quedé allí dos años más, hasta que la desgraciada llegó en marzo de 1999. La mañana del 06 de marzo, Stanley me llamó por teléfono a casa para saber sobre todo lo del día siguiente, domingo; yo iría a su casa de todos modos. Al día siguiente, de hecho, me hice cargo de algunos asuntos personales y, a continuación, sin despertarlo, alrededor de las 10:00 dejé mi habitual nota sobre su puerta, le advertía de que no había noticias de los EE.UU. y que podía descansar hasta más tarde. En casa a las 4:00 de la tarde sonó el teléfono. Era Jan Harlan. Me dijo, 'Emilio, Stanley está muerto. '"

Ciak, julio del 2000
Traducido del italiano  por Eleanor Paynter
Traducido del inglés por .....Google traductor ;)
Correcciones por Raúl Lino Villanueva



20 de agosto de 2010

LA OBSESIÓN DE KUBRICK






`Es imposible amar y ser prudente´. La frase de Francis Bacon, filósofo del siglo XVII, aparece subrayada por Stanley Kubrick, director de cine del más puro XX, en uno de esos cuadernos de notas que usaba con profusión mientras soñaba con llevar a la pantalla a Napoleón, personaje decisivo del XIX. Y Bacon debe tener razón. Tanto amó Kubrick a Napoleón que se obsesionó con hacerlo suyo y trasladarlo a su territorio. `Qué gran novela mi vida´, dijo una vez de sí el que fuera emperador francés. Según Kubrick, de haber existido el cine entonces, lo dicho sería más bien: `Qué gran película mi vida´. Kubrick no paró en años de planificar el filme con la minuciosidad con que Napoleón debía preparar cada una de sus batallas, que fueron muchas, gloriosas y dramáticas, privadas y públicas, en su medio siglo de vida, de 1769 a 1821. Un agitado y corto espacio temporal que le dio mucho de sí: pasó de conquistar Europa (`Napoleón sopló sobre Prusia y Prusia dejó de existir´, escribía Heine; `Siempre él, en totas partes, él´, opinaba Víctor Hugo) a morir vencido, solo y desterrado a la isla de Santa Helena... `¿Qué es la guerra? Un oficio de bárbaros, donde todo el quid está en ser más fuerte que el adversario en un punto determinado´, concluía el genio militar.

Fortaleza. Tenacidad. De eso sabía también el director norteamericano que se zambullía hasta el fondo en todo lo que tocaba. Kubrick supo alejarse del fragor social de Hollywood, se instaló en exilio voluntario en el Reino Unido (`Tengo esposa, tres hijos, tres perros y siete gatos. No soy Frank Kafka sentado en soledad y sufriendo´), luchó con originalidad por su independencia y libertad creativa, y se salió (casi) siempre con la suya haciendo 13 de las películas más personales de la historia del cine al grito de: `Si no estás enamorado del asunto, déjalo... Ya hay demasiadas películas mediocres´. O mejor: `Desde el inicio hasta el final de una película, mis únicos límites son aquellos que me imponen la cantidad de dinero de que dispongo para gastar y la cantidad de sueño que necesito. Algo te importa o no te importa, y sencillamente no sé dónde marcar la frontera entre esos dos puntos´.

Y fue, primero, el dinero el que le falló en Napoleon, cuando el presupuesto estimado para sus mínimo tres horas de película comenzó a rozar el cielo millonario de las superproducciones de la época, y cuando la productora MGM se desentendió del proyecto en septiembre de 1969. Y segundo, la inoportunidad, cuando se les adelantó en 1971 y fracasó otro filme sobre el asunto, Waterloo. Atrás quedaban, perdidos, los esfuerzos de documentación y producción de muchas personas. Hasta los viajes empleados en localizar y encontrar países (como Rumania) dispuestos a ceder su Ejército durante días para un rodaje de tales dimensiones. `10.000 soldados con sus caballerías aquí, 40.000 de infantería allá´, se lee en otra de esas notas manuscritas que Kubrick dejaba por todos sitios.




Parecía hasta ahora que todo eso era esfuerzo malgastado. Que Napoleon era otra película non nata. Pero no. Al cumplirse una década de la muerte de Kubrick en 1999, sale a la luz una obra elaborada por la norteamericana Alison Castle que lleva por título Stanley Kubrick´s `Napoleon´: the greatest movie never made [la mayor película nunca realizada]. `Cuando comencé mi investigación para los Archivos de Kubrick en 2002 [libro publicado también por Taschen en 2005], me quedé estupefacta ante la ingente cantidad de material sobre Napoleón que permanecía en la residencia de Kubrick; en volumen sobrepasaba al que había sido conservado de muchas de sus películas concluidas´. El libro, en formato facsímil y cofre del tesoro, incluye parte del material que Kubrick preparó para armar su obra. `He intentado hacerle justicia, presentar y terminar el que era su sueño´, dice.



Así, en diez libritos, se encuentran, entre otros, el guión último del director, de 1969 (aunque con él nunca existió el concepto de `último´); la libreta de producción; la descripción de las escenas desde su etapa como general a los 26 años hasta su muerte, pasando por su periodo de cónsul, emperador, jefe de un ejército invencible, el divorcio de Josefina, la derrota y la invasión de Francia. Hay cartas a los actores deseados (Audrey Hepburn sería Josefina), fichas con acontecimientos identificados día a día; un banco de datos con 17.000 imágenes de personajes; fotos y dibujos de los modelos de uniformes de los distintos ejércitos, armas y vehículos, los escenarios en los que Napoleón estuvo algún buen o mal día... Una empresa de factura napoleónica, sin duda. Un genio auscultado por otro genio. Valga una imagen: Kubrick en su mansión, de noche, leyendo libros sobre el corso, viendo películas sobre su vida, almacenando datos, pariendo ideas, estrategias, nuevas técnicas de rodaje y de iluminación... Modos de abordar el proyecto. ¿No hacía algo así también Napoleón?



`Kubrick conocía el valor de la información acumulada y no quiso separarse de ella, incluso mucho después de haber perdido la esperanza de realizar el filme´, cuenta Castle, devota del director desde joven. Y cuenta que Kubrick, de hecho, nunca cedió aquello a nadie para que fuera otro el que lo convirtiera en cine. Su sueño y su deseo, el guión, eran suyos. Sólo suyos.




Cuando le preguntaban al realizador por qué le interesaba tanto el personaje, él contestaba que su historia era perfecta: un héroe, muchas batallas, amor frustrado, mucho sexo y violencia y traición...: `Me fascina. Su vida se ha descrito como un poema épico de acción. Su vida sexual era digna de Arthur Schnitzler. Fue uno de esos hombres raros que trastocan la historia y moldean el destino de su época y de las generaciones venideras en un sentido muy concreto, nuestro propio mundo es el resultado de Napoleón, del mismo modo que el mapa geopolítico de Europa es el resultado de la Segunda Guerra Mundial. Y no hay que olvidar que nunca se ha hecho una película buena o precisa sobre él. El puro drama y la fuerza de su vida es una temática fantástica para una biografía cinematográfica. Si nos olvidamos de todo lo demás y nos fijamos sólo en la relación sentimental con Josefina, por ejemplo, tenemos ante nosotros una de las pasiones obsesivas más grandes de todos los tiempos... De manera que la película no será una simple reconstrucción histórica polvorienta´.



No parece que pensara Kubrick en otro Napoleon estilo Abel Gance. Otra nota subrayada en la obra Napoleon de Lefebvre: `Un soldado de éxito, un alumno de filósofos, Napoleón detestaba el feudalismo, la desigualdad civil y la intolerancia religiosa´. Había muchas cosas de él que le gustaban.

El inicio de su pasión napoleónica no se conoce, pero sí la fecha del proyecto cinematográfico como tal. Fue en 1967, cuando Kubrick se encontraba en fase de posproducción de 2001, una odisea del espacio; ahí, con la mente ya regresando de tanto viaje futuro, puso sus ojos en el pasado. Acumuló ya entonces ideas sobre el pequeño gran corso de ardor guerrero y mano en el pecho, algunas muy detalladas que, con el tiempo, se convertirían en esos miles de documentos guardados en 88 cajas en su casa de Childwickbury Manor, al norte de Londres, allí donde él mismo está enterrado.

Y con esta obsesión vivió Kubrick hasta 1971, año en que empezó a perder toda esperanza de culminación y se desvió hacia otros territorios con La naranja mecánica primero y Barry Lyndon después, pero sin abandonar nunca su tema: cómo las emociones son siempre, antes o después, más fuertes que la razón, seas quien seas; cómo el error y el azar se entrecruzan en la historia; cómo la violencia siempre ronda. Entre ese principio ilusionado y ese final desolado, Kubrick se desvivió, como siempre hacía... Encontró muchas manos de ayuda -Jan Harlan se encarga de la producción, famosos expertos en historia napoleónica le asesoran, graduados en Historia de Oxford le nutren de datos, su asistente se va a fotografiar espacios-, mientras él no deja de soñar (y así lo anota) con campos de batallas en los que se luchaba y moría en gigantesca coreografía; con despachos de empaque decimonónico en Italia, Egipto, Rusia, Prusia o Francia; con campamentos levantados por soldados ateridos y pueblos arrasados.

Allí donde se combatiera, se intrigara o se reunieran hombres de mayor o menor genio político quería Kubrick posar su mirada; allí donde se hicieran o deshicieran tratados; en palacios versallescos o en alcobas con dependencias secretas donde beneficiarse a cualquier dama en cualquier momento. `Dile que espere´, dijo el emperador. Media hora después, Rustum apareció de nuevo para recordarle que la actriz estaba aún esperándole. `Dile que se vaya desnudando´, respondió el emperador, y retornó al asunto que ocupaba su atención. Cuando Rustum apareció por tercera vez, Napoleón le miró con impaciencia y ordenó: `Dile que se vaya´; éste es otro de los pasajes marcados en Los ochenta días de Napoleon, de D. J. Goodspeed. Cómo no prendarse de tal y tanto material.



Por no hablar de sus sueños con ella, con Josefina. `A juzgar por el rol garantizado a la emperatriz (que no era simplemente para introducir escenas eróticas), uno se pregunta si Kubrick no estaba al final un poco enamorado de ella´, comenta el historiador Jean Tulard en el libro. Fue tanta la pasión por la historia y tan poca la vía de escape que es de imaginar, así lo dice Harlan, que Kubrick mantuvo siempre el rescoldo de Napoleon encendido. Como le ocurrió al emperador con Josefina, con la que, a pesar de infidelidades y venganzas mutuas, de tormentos y divorcios, soñó en la hora de la muerte. `Quizá Napoleón habría sido mejor hombre de haber sido amado más y mejor´, anota Kubrick en las Memorias de Madame Rémusat.

Así, para expertos y no tanto, es ahora esta obra de Castle un botín: incluye una selección de artículos que muestran el trabajo de Kubrick, su interpretación dramática de la vida de Napoleón (Eva-Maria Magel), las transcripciones de las conversaciones con el mayor experto del momento, el historiador de Oxford Felix Markham (que fueron encontradas casualmente y son reproducidas en su integridad y decodificadas por Geoffrey Ellis), un recorrido por un siglo de filmes napoleónicos (Tulard) y hasta un análisis del rigor histórico del guión de Kubrick: `Pasa raudo por el periodo del consulado; obvia, sorprendentemente, las relaciones con la Iglesia católica, se olvida del personaje de la amante de Napoleón, Maria Walewska...´, cuenta Ellis. `Kubrick estaba más interesado en el soldado, en su motivación psicológica y su sentido de la estrategia como conquistador militar, que en el ejecutivo, el legislador, o en el del monumental legado civil a Francia... Usa una imagen poco romántica, de un realismo duro, incluso brutal´.


Y visto todo esto en su conjunto, aquí está la evidencia: el filme, en realidad, sí se hizo. De principio a fin, plano a plano, escena a escena. La película está construida en la imaginación del Kubrick de 1969, tal como muestra todo este material leído, consultado o almacenado o las conversaciones insistentes con el experto Markham, para no dejar pasar ningún detalle, que no quede duda sin resolver, resquicio por el que pueda colarse la imperfección en la recreación de un tiempo revolucionario y turbulento.`¿Era supersticioso Napoléon? ¿Tenía sentido del humor? ¿Era ingenioso y buen conversador? ¿Bebía, comía, leía mucho?´, le pregunta una y otra vez a Markham. Y éste va contestando. La fuerza y la debilidad. Cómo obtuvo el poder Napoleón, lo extendió, lo ejercitó y lo perdió.

Fuente: elpais.com