Tomado del artículo Le Grand Atelier, publicado en Les
Inrockuptibles Hors Serie. Kubrick: L’Odyssee d’un Solitaire. 1999. Por
Fréderic Bonnaud. Entrevistas por Fréderic Bonnaud y JD Beauvallet. Traducción del francés por
Raúl Lino Villanueva
to be continuará.....
Kubrick
fue sin duda le primer cineasta que comprendió que la difusión de una película
en todos sus soportes (plataformas) era igual de importante que su producción,
que el seguimiento de una creación artística era capital asegurar el impacto y
sostenibilidad. Y Julián Senior se regocija en júbilo con ejemplos edificantes:
-Sobre La
Naranja Mecánica, un día recibió una llamada de unos de sus
técnicos de sonido, quien se encontraba de vacaciones en España y que vio allá
la versión doblada en español. Al medio de la película, había una bobina en
francés. Le dije: “Stanley ya lo arregló, ya a enviamos una bobina en
español”. Y él: No, no está arreglado,
porque en algún lado hay una copia francesa con una bobina en español!
-Cuando le mostramos Barry Lyndon a la prensa, Stanley me preguntó: “¿A
qué hora es la proyección?” “A las 10 de
la mañana”. Al día siguiente: “Julián, no estoy satisfecho respecto a esta
proyección en la mañana”. “Que es lo que está mal?” “Si los periodistas no han tomado desayuno el nivel de azúcar en su sangre es bajo y es difícil concentrarse.
Te voy a decir que vamos a hacer: vamos a servir café y galletas antes”. Entonces me hizo un croquis de la taza y el
plato y me dijo “Hay que usar platos grandes para que puedan poner sus
galletas”. Luego me preguntó detalles de
la sala, sobre el lugar, por donde entraban los periodistas, sobre el lugar
donde tomarían el café.
-En enero, de ese año, dos meses antes de su muerte. Kubrick
me llamó en la mañana: “Julián, estoy muy inquieto” “Cual
es le problema?” “Lolita”. “Lolita?” “He visto Lolita anoche a las 2 de la mañana
en un canal alemán por satélite. Que copia más mala! Por favor, llama al tipo
allá, le enviaré una copia decente que podrá transmitir”. Llamé al tipo del canal en Hamburgo. Stanley y Leon (Vitali) le
proporcionaron una nueva copia, con un buen contraste. No paraba nunca. Lo que
es legítimo. Siempre debía ser así”.
-Habíamos visto el
primer comercial publicitario de Full Metal Jacket en la cocina de Stanley, durante el
noticiero de las 10pm. Fue perfecto, pero Stanley dijo “No estoy contento,
hay algo que no está bien”. Subimos a su
oficina donde tenía un magnetoscopio. Pasó el comercial imagen por imagen. Tenía
razón, habían dos imágenes grises. Stanley vio estas dos imágenes, a 25i/s por
segundo. Le dije que como espectador medio me pareció perfecto, que no me di cuenta. Dijo “No,
hay que cambiar eso”. Llamó a su editor y
a Leon Vitali. A las 10:30pm regresamos a la sala de edición y reeditamos el
comercial. A la mañana siguiente, estábamos en Birmingham, en Glasgow, en
Southampton, para entregar nuevas bobinas a las televisoras. Cuando uno es
perfeccionista no hay límites. Y es contagioso.
to be continuará.....