Cuarenta y ocho cineastas, franceses y extranjeros, respondieron a estas dos preguntas hechas por la revista mensual de cine francesa POSITIF, en su Nº464, de octubre de 1999. Traducción por Raúl Lino villanueva.
1- ¿Cuál es, según UD., el aporte de Stanley Kubrick al cine?
2- ¿A cual de las películas de Stanley Kubrick le tiene UD. más afecto, y por qué?
William Friedkin
1. Si bien me decepcionó continuamente,
Stanley Kubrick era el cineasta del que yo esperaba más impacientemente su
nueva película. Su repentina desaparición es tan chocante que en vida, él fue
una inspiración constante para todos nosotros.
2. Senderos de gloria es mi película preferida de Kubrick. La he visto muchísimas veces y hasta ahora
me sorprende cada vez que la veo. La misma emoción con 2001: La Odisea del Espacio, que continuará a develar sus misterios
mientras que la mayoría de películas de hoy en día serán olvidadas. Entre sus
otras obras distinguiría muy particularmente
The Killing, gran logro de película negra que me influenció muy profundamente,
así como los primeros cuarenta minutos de Full
Metal Jacket, que contiene alguna de las escenas más terríficas que yo
jamás vi, en lo que me concierne, la
película hubiera podido terminar justo después allí. Sus otras películas me
gustan menos y por lo tanto cada una de ellas encierran pasajes cautivantes,
irónicos y profundamente innovadores.
Irvin Kershner
1. Hace muchos años, tuve una
conversación con Stanley, en su casa, en Elstreee. Él se preguntaba cómo podía
yo continuar viviendo en Los Ángeles. Antes que pudiera responderle, hubo un
silencio, y me dijo que él no podía vivir allá porque no tenía el coraje. Entonces me explica que si
él viviera ahí no podría confrontar a los poderosos conformistas que allí
reinaban.
Y bien, si debiera hablar de una
cualidad que caracterizaba a Stanley, era su coraje. Él probó que podía
avanzar a su propio ritmo e imponer su visión sobre la pantalla. Nos mostró que
podía hacer un cine personal que respetaba la forma y la construcción
dramática, y que comunicaba con el público. A la salida de cada una de las
proyecciones de sus películas, yo me daba cuenta que, inherente a su obra,
había una visión que era única. Cada una, de manera sutil, es un punto de vista
sobre nuestra cultura que nos muestra cuánto de ella es irracional, y cuan
bizarros son sus habitantes. Tenía la capacidad de revelar los demonios
interiores de sus personajes. Él observaba la humanidad sin el menor
sentimentalismo, a través de unos lentes de astigmático. Instaba nuestras
emociones mediante revelaciones inconscientes.
Sus historias y la manera como él las
contaba operaban siempre a dos niveles, la textura exterior, la acción, pero
también las observaciones más importantes, bajo forma metafórica, que tenían
acceso a nuestro inconsciente. Es allí donde residía el verdadero poder de su
obra. Sus películas son una fiesta para los ojos y los oídos, y se vuelven una
visión mágica que se quedan en nosotros.
Su poder es insidioso, persuasivo, y
nosotros renunciamos voluntariamente a nuestra incredulidad, cualquiera sea la
alquimia que él había elaborado con mucha observación, de búsqueda y gracias a
su instinto de artista.
2. Cuando intento analizar sus películas
y que me pregunto cuál de ellas me gusta más, hago frente a un gran problema.
Ninguna es la película. Todas sus
películas tienen un gran efecto sobre mí y forman un todo. Hay una unidad en la
visión que impregna su trabajo. Para mí una película tiene un sentido
particular cuando yo estoy en una parte del rodaje, cuando veo las páginas en
blanco del guión llenarse poco a poco durante una larga grabación y sobre la cual mantengo largas
conversaciones sobre los problemas técnicos. Cuando vi 2001: La Odisea del Espacio, todo eso quedó en el olvido, y fui
fascinado por las imágenes y hechizado por su ambigüedad. Como la mayoría de
sus películas, su comprensión no es fácil, pero encontraba en usted una
resonancia profunda.
La
película siempre ha sido imitada por otros, pero nadie ha llegado tan
bien, ni con tanta audacia, a lanzarse del espacio exterior al espacio
interior. Toca zonas profundas de nuestro inconsciente y desafía toda
explicación racional. Seremos siempre hechizados por su ambigüedad.
Gaspar
Noé
1. El
aporte de Kubrick al cine sobrepasa largamente el cine: es fundamental. A nivel
general, su aliento visionario ha hecho progresar el cine y las ciencias
ofreciéndoles imágenes inigualables de un mundo futuro. A nivel personal yo le
debo el gran impacto artístico de mi vida.
Kubrick estuvo fascinado por Napoleón. Yo no. Yo
estoy fascinado por Kubrick, no por los chismes sin fin sobre la vida del
hombre mismo, sino por la forma como logró hacer 2001: La odisea del Espacio, y hacerlo bien. Napoleón jamás produjo una
obra parecida, tan abundante de interés para el mundo futuro. Quizás él mismo
incitó a muchos niños a volverse militares sedientos de imperios. Yo prefiero a
Kubrick quien, sin nunca renegar de la bestia sanguinaria que todos tenemos, ha
despertado en millones de niños los deseos de soluciones pacíficas. Para
alguien tan inclinado a describir la naturaleza animal del hombre, siempre me
sorprendió que nunca abordara el acto sexual de una manera más frontal. Aparentemente
Eyes Wide Shut es una película de
temática sexual. Convencido que la dimensión sexual del hombre siempre se puede
filmar, estoy ansioso por descubrir esta película póstuma. Pero Kubrick se puso
desde los treinta y cinco años la barrera tan alta para él mismo (y que llegó a
saltar) que, cualquiera que sea el valor de sus otras películas, podía morir
con toda serenidad, sabiendo que había aportado una espléndida piedra a la
edificación de la humanidad, y el más grande ejemplo de ambición a todos los
cineastas que le siguieron.
2. Sin
lugar a dudas 2001: La odisea del Espacio;
a pesar de que siento un enorme respeto por Los Senderos de Gloria, Barry Lyndon
y por el dispositivo estético y promocional de La Naranja Mecánica.
Cuando descubrí esta película, a la edad de 6 años
(en Buenos Aires en 1970, en la primera fila del segundo piso del cine Cosmos
70, sala destinada a películas soviéticas), conocí el éxtasis. El verdadero.
Creí ver el pasado. Creí ver el futuro. Creí volar en el espacio. Creí ver la
muerte y renacer. Y me dijeron que todo era a mitad falso. Que el director
había fabricado él mismo todo, la historia, los simios, los planetas y las
naves espaciales. Todo. Me dije: el tipo que ha hecho esta película, quiso, y
lo pudo. Quiero ser como él. Quiero comprender esta película. Quiero ser Dios. “Cuando se quiere, se puede”, decía mi
padre. Kubrick lo comprobó. Y fui
marcado para el resto de mi vida.
Si hay alguien que ha determinado mi vida tanto como
mis progenitores y más que cualquier amigo, es Kubrick, quien, ese día, me hizo
descubrir la extensión del universo y el poder innegable del cine. Fue él quien
me dio ganas de crecer, de esperar vivo el año 2000, y de interesarme a las
matemáticas, a la física y al cine. Sabía que era tan inteligente que ni mis
padres podían explicarme la historia de su película, porque yo sabía que tenía
un sentido. Es él quien me hizo creer que la guerra fría estaba destinada a
desaparecer, y que el hombre era un animal que progresaba en la historia. Es él
quien me hizo creer que si yo no me convertía en astronauta, podía igualmente
acceder a las dimensiones paralelas imitándolas gracias a una cámara y trucos
de cine. Es él, finalmente, quien me mostró por primera vez la imagen de un
feto, desencadenando una conversación en la calle con mis padres quienes me
explicaron entonces la “escena primitiva” (mi propia fecundación), y los nueve
meses de crecimiento intrauterino que concluyeron en mi nacimiento. Siempre
tuve la impresión que el espíritu misterioso monolítico quien, incitaba a dos
simios a un acto de violencia primitiva, conducía a la fecundación de la
estación-óvulo por la pequeña nave, los días de ingravidez en el espacio negro,
el pasaje de la puerta del infinito hacia la sala sobre iluminada, y finalmente
el feto astral con los “ojos grandes abiertos”, describían de manera simbólica
el recorrido que llevaba del vacío al nacimiento. Y, sincretizando diversas
creencias, daba en el blanco del inconsciente colectivo y en mi pequeño cerebro
ávido de descubrimientos. En cuanto a este hueso que uno de nuestros ancestros
en un impulso de gozo bestial, lanza al aire para engendrar muchas generaciones
más tarde una nave espacial dotada de inteligencia artificial, es una magnífica
oda a la especie humana y por tanto al nacimiento.
Siempre me pareció evidente que 2001: La odisea del Espacio, es el más grande espectáculo nunca
antes hecho, el más optimista y el más catártico que me fue dado a ver. Y la
única película que pude ver una treintena de veces con tanto asombro. En el
pasado, muchos cineastas veían Intolerancia,
La aurora, Metrópolis o Ciudadano
Kane como la mejor película de todos los tiempos. Pero entre aquellos
nacidos después de 1960, el ejemplo del logro del arte cinematográfico más
citado en el mundo es 2001. Y, a
pesar de mi indiferencia sobre la opinión de otros, estoy seguro de saber que
somos muchos en este planeta en pensar lo mismo. ¿Tendré un día la oportunidad
de descubrir otro espectáculo tan impactante? No lo sé, pero lo espero. Es
cierto que el cine despliega sin cese nuevas alas. En todo caso intentaré por
todos los medios de seguir el ejemplo de Kubrick para dar placer a las nuevas
generaciones, pero para ello, quizás deba concebir películas aptas para todos,
ya que los niños son los únicos espectadores realmente hipnotizables, y los
únicos sobre los que una película puede tener una resonancia fundamental.
El final de los años 60 se prestaba más a las
audacias y a la experimentación que hoy en día. Pero creer que fue la época
quien permitió a Kubrick hacer esta película es subestimar su inteligencia que
marcó tanto su época y no a la inversa.
Por supuesto, el aporte creador de esta enciclopedia viviente que es Arthur C.
Clarke a la película es más que esencial, y el logro de su colaboración me
convenció de la necesidad de asociarse para lograr grandes obras, aun
llamándose uno Kubrick
El anuncio de su muerte en la televisión me arrancó
lágrimas que sólo la satisfacción de saber que había casi totalmente terminado
su proyecto de muchos años logró calmarme. Es como un padre que yo hubiera
adoptado y que lamentablemente nunca pude conocer. Jamás podré agradecerle de
haber inseminado mi espíritu, y es un arrepentimiento tan fuerte al que espero
encontrarle contra-efectos vivificantes. Ciertas obras de arte tienen una
resonancia tan universal que hacen avanzar el curso de la historia. 2001: La odisea del Espacio es el faro
seminal que ha guiado a muchos niños a convertirse en cineastas, informáticos o
científicos, y a aventurarse en lo desconocido para ensanchar nuestro
conocimiento del universo y modificar nuestro cotidiano. Gloria a él.
5 comentarios:
Noé se pasa de fanático ya jaja... recuerdo que en su film Irreversible, los protagonistas tienen un afiche de 2001 en su habitación...
solo estos pocos cineastas respondieron? salu2...
Se. Jenifer Lopez!!! Si, Noé es muy pero muy admirador de Kubrick y si, en irreversible y en otars pelis de Noé siempre hay algo relacionado a Kubrick...Lea bien el encabezado: "Cuarenta y ocho cineastas, franceses y extranjeros, respondieron a estas dos preguntas...." Hay mas respuestas en esta sección del blog.
Saludos y gracias por la fidelidad al blog y Kubrick.
por nada, acá estaré firme y ahora que lo decís puede sser que haya leído mas de esto acá en el blog... salu2
para cuando tu top 5 films del maestro??
Sr Jennifer Lopez, quise decir en la sección/etiqueta "Hablan sobre Kubrick": http://kubrickencastellano.blogspot.com/ :/
gracias por esta traducción de positif, vas a publicar el contenido completo de la revista o solo partes? muchas gracias, buen trabajo
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